Llega por fin el anunciado y anhelado “Acuerdo por Michoacán”.

La Federación, esto es, el gobierno federal; esto es más, el Presidente de la República, el Supremo Poder Ejecutivo, se ve obligado a meter las manos en una tierra de incertidumbre, violencia e inestabilidad institucional larvada y tolerada a lo largo del tiempo en el nombre de los acuerdos políticos y el pago de cuotas genealógicas, históricas y de las otras y donde –por cierto— el desastroso panismo calderoniano intentó conquistar la tierra prometida desde la (fracasada) intervención militar con los resultados ahora visibles.

Acuerdo político, si los hay. Lo expresa así el heraldo de Bucareli con la emisión de este boletín:

“…por instrucciones del Presidente Enrique Peña Nieto, el Gobierno de la República entrará en pleno a Michoacán; es decir, explicó, los Secretarios de Estado acudirán a la entidad a sostener reuniones con todos los sectores, a fin de trabajar cada uno en la materia de su responsabilidad y lograr el desarrollo y la paz que los michoacanos anhelan y merecen.

“El Secretario de Gobernación aseguró al Gobernador interino de Michoacán, Jesús Reyna García, a senadores, diputados locales y federales, así como a representantes de todos los sectores de esa entidad que las fuerzas federales –Ejército, Marina y Policía Federal—continuarán en el estado hasta devolverle la paz y tranquilidad a los michoacanos y hasta que esa entidad tenga las instituciones y la capacidad en materia de seguridad para enfrentar a la delincuencia organizada.

“Vamos a ir municipio por municipio, comunidad por comunidad, a devolverles la paz, la estabilidad y el control a los michoacanos”, apuntó el Secretario Osorio Chong.

“El camino no es corto, pero, agregó, se está estableciendo un plazo que se pueda cumplir y que permita a la entidad recuperar la paz y la tranquilidad.

“El Gobernador interino de Michoacán, Jesús Reyna García, señaló que en materia de seguridad es necesario tener el acompañamiento del Gobierno de la República.

“Por eso, agradeció la presencia de las fuerzas federales en la entidad, así como la que tendrán los integrantes del Gabinete del Presidente Peña Nieto para trabajar por el desarrollo del estado.

“Reyna García dijo que la entidad tiene problemas en materia de seguridad, educación y finanzas, pero aseguró que con el trabajo coordinado de todos los michoacanos y con el apoyo del Gobierno de la República podrán solucionarlos.

“Michoacán no tiene mucho tiempo. Los michoacanos tenemos la esperanza de que en el 2015 tengamos un Michoacán diferente”, apuntó”.

Quizá el gobernador Reyna (“reina” pero no gobierna; dice Alfonso Zárate en el programa “El centro del debate” de hoy) ya ha dicho por primera vez una falsa verdad en doble sentido.

“Michoacán no tiene mucho tiempo…”

En cierto sentido y con la vista al frente (al 2015 cuando él se marche físicamente, pues en lo político está anulado) tiene razón, pero no le asiste si decimos lo contrario: Michoacán tiene mucho tiempo. Sí, de estar en las lamentables condiciones ahora reventadas y puestas en el panorama nacional como una bofetada al sistema y al neo sistema.

Como sea los muertos ya descansan en la paz de sus sepulturas y sería una equivocación atribuirle la puesta en marcha de una alianza cuya urgencia fue puesta de manifiesto varias semanas antes, al asesinato del vicealmirante Carlos Salazar Ramonet.

Por lo pronto el gabinete de Reyna siente la presión federal y salen de sus cargos el Procurador Plácido Torres Pineda y Carlos Ríos Valencia, de la secretaría de Finanzas. Seguridad (o inseguridad ) y dinero. Nada más.

Y ya se anuncian otros cambios principalmente en la secretaría de Gobierno donde hace cuatro meses se tambalea Fernando Cano, mientras la rumorología michoacana se hace lenguas con el cercano futuro. “Chon” Orihuela –dicen–, anda desatado y con plena confianza en el peso de sus amigos en la decisión para suceder en el caos a Reyna. Pero todavía falta.

“Yo soy partidario de los cambios –ha dicho tras el acuerdo el señor Reyna– y donde tenga que haber, se harán”.

Uno entiende con claridad la intención del señor gobernador (interino) y también comprende su crónica dificultad para expresarse; pero nadie puede como una definición significativa autodenominarse partidario de los cambios, ¿cómo es eso?

Quizá viva impresionado por aquella historia de Hugo Sánchez y Mejía Barón cuya indecisión para sustituir jugadores le costo un muy alto precio a la selección de futbol pero confesarse partidario, como si se tratara de una vocación y no de un recurso administrativo o político, ya es decir demasiado.

No vaya siendo víctima él de su propio partidarismo y con el buche lleno de piedrecitas la federación le promueva una desaparición de poderes –si la alianza naufraga— y hasta luego mi gabán.

Sin embargo ante tanto aliancismo y tantas intenciones de cambio, el gobierno federal se juega una carta riesgosa.

El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong –convencido de los poderes amplísimos de la política como herramienta de toda solución— ha dicho lo largo del camino por recorrer para regresarle a Michoacán una calma y una paz hace tiempo perdidas lo cual significa tácitamente algo más.

La otra solución o la otra parte de la solución: la fuerza pública aplicada con rigor extremo (hasta donde la ley lo permite) deberá actuar con la misma velocidad, es decir, con sincronía a la ruta de la redención política.

La presencia en Bucareli de los empresarios michoacanos y los representantes de otros sectores (igualmente desprotegidos) sirve para presentar un presídium colmado pero no serán ellos quienes sometan a los “Templarios” ni quienes impidan bloqueos e incendios, asesinatos, secuestros y extorsiones en la tierra Caliente. Ni en las de otro calor.

Quizá el descontrol político estatal –agravado por el problema Vallejo—sea uno de los elementos a considerar en la etiología michoacana.

Pero además de los actores políticos se deben considerar los factores políticos, y la anarquía es uno de ellos.

IMPUNIDAD

En todos los tonos y en todos los foros se ha señalado a la impunidad como el primer y principal defecto del país, causa y efecto de la corrupción asociada con la incidencia del delito como lenguaje nacional.

En días recientes el juzgado decimotercero de Procesos Penales Federales en el DF, a cargo de Carlos López Cruz encontró el círculo cuadrado: lo inexplicable se explica por su sola existencia: la riqueza de extraño origen no puede ser ni siquiera indicio por sí misma; el dinero no habla, la evidencia no es visible, las apariencias engañan: el señor ingeniero Raúl Salinas de Gortari, cuya fortuna escapa a los cálculos del trabajo fecundo y creador, nada más es rico, muy rico.

Y esa envidiable condición por la cual algunos lo han calumniado con motes injuriosos como aquel del “ten per cent man”, se debe a su talento, no a su condición de gestor fraterno, propietario de información privilegiada, ventajoso competidor en “ilicitaciones” arregladas para su conveniencia, ni a ninguna conducta indebida.

Luego entonces, señor, usted perdone las molestias y como en el caso de su asesinado ex cuñado, don José Francisco Ruiz Massieu, resulta usted inocente de plena condición, y le pedimos perdón y le ofrecemos disculpas.

Albert Einstein dijo alguna vez: “sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y de lo primero, no estoy tan seguro”. Pues ya podría haber conocido tres: el cinismo nacional.

NOMBRAMIENTOS

Tienen diferente naturaleza y distinta representatividad, pero cada uno en su ámbito ha provocado beneplácito: Blanca Guerra (primero las damas) como presidenta del Comité Coordinador de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas y Carlos Lara Sumano como Director General del Instituto Mexicano de la Radio.

Lara Sumano, quien ya había ocupado ese puesto, es conocido por su capacidad de organización y su instinto político para entender la industria en cuanto a la actividad concesionada y el servicio de la radio como instrumento de divulgación institucional y herramienta educativa. Conoce todo el espectro, de la Cámara (CIRT) al gabinete.

Y en cuanto a Blanca Guerra, una actriz con capacidad intelectual más allá de su trabajo en las pantallas grandes o chicas, es necesario contemplar su nombramiento en relación con el nuevo impulso pretendido por la citada academia y expuesto en su primera conferencia de prensa: “En defensa de la Academia y nuestro cine” a través de un programa de 14 puntos cuyo cumplimiento cooperaría al desarrollo de una industria tan degradada como muchas otras actividades culturales en el país.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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