Instituto Electoral del Estado de México

Hace muchos años había en el medio un matador de toros, hoy retirado y obeso,  cuyos fracasos iban sumando una cadena superior a sus éxitos de cuando fue una joven  promesa en la escuálida baraja taurina mexicana.

 

Petardo tras petardo el matador se convertía cada vez más en un personaje inaccesible. Soflamero y pedante se ufanaba de hazañas imposibles ante toros infumables. Se había envanecido como no lo hizo cuando las cosas le iban relativamente bien.

 

Una tarde le pregunté a quien había sido su apoderado en mejores tiempos.

 

–¿Qué le pasó al matador?

 

Con esa sencillez de los andaluces me dijo, “puejnaa”, se le subió el fracaso a la cabeza.

 

Y algo así le ha sucedido al Comisionado para La Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, cuya gestión hasta el momento no ha salido del pantano donde se hallaba a mediados de su encargo.

 

Es más, para algunos la existencia misma de esa comisión requiere un cambio profundo, tanto como para desaparecerla y buscar otra clase de solución. Las “Guardias Rurales” nada han resuelto y el reguero de sangre sigue en el Estado, así se hagan juegos malabares con las estadísticas, las cuales –dicho sea de paso–, casi siempre sirven para eso, para jugar con los espejos de la realidad.

 

Pero quizá lo más elocuente en esta desesperación del comisionado sea su actitud defensiva. Si se permite el símil taurino, “calamochea” como toro manso, a la defensiva.

 

Revise usted por favor estos datos consignados en la crónica de Luciano Franco:

 

“…Ante la insistencia de la bancada panista que le reclamaba a cada intervención ineficacia en su trabajo, y la ilegalidad de su cargo, Castillo sacó “el as de la manga” y soltó:

“Para mí el gran error tiene que ver con que ustedes declararon muerto al principal líder “Templario”  que se llama Nazario Moreno, el verdadero líder del cártel, y la señora senadora que está ahí sentada no me dejará mentir”, dijo en abierta alusión a la legisladora albiceleste Luisa María Calderón.

“La michoacana exigió el uso de la palabra para “alusiones”, lo que estuvo a punto de conseguir tras la aceptación de la presidenta de la comisión, la perredista Aleida Alavez, pero que finalmente impidió la intervención de Manuel Añorve, del PRI, quien dijo que “La Cocoa” no pertenece a la Comisión Permanente…”

“En todas las reuniones de los órganos legislativos, los legisladores tenemos derecho a participar. En este caso, él me aludió personalmente… El comisionado, que es un servidor, empleado de la Secretaría de Gobernación, vino a darle órdenes a la presidenta de la comisión primera, y me parece que es… así se porta en Michoacán, él manda a todos, él le grita a todo el mundo”.

“Así reaccionó la senadora Luisa María Calderón a la alusión sobre ella que hizo el comisionado Alfredo Castillo, durante su comparecencia en el Congreso Federal.

 

“La situación surgió luego que Castillo criticara lo que calificó de errores de manejo del expresidente Felipe Calderón, indicando que “ella (Luisa María calderón) sabía de esos errores”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

1 thought on “La vanidad fracasada”

Deja una respuesta