Instituto Electoral del Estado de México

A veces resulta difícil para algunos definir con precisión la noticia.

Algunos recurren a explicaciones humorísticas, como aquella del perro, el mordisco y el hombre la cual, así  haya sido obra del ingenio de Bernard Shaw, un individuo genial, resulta una definición muy equivocada, pues si bien no tiene nada de rara la dentellada de un can a un humano, y sí es extraña la mordida de un hombre a un perro, los valores de la noticia y la normalidad se alteran si sabemos quién es el señor y de cual perro se trata.

No es igual si muerden “Rin tin tin” o el perro de la esquina, vulgar “Chucho” amarillo cruzado con Periférico de abandono. Pero si cualquiera de esos extraños amigos del hombre le mete el colmillo en la entrepierna (como en “Los cachorros” de Vargas Llosa) o la pantorrilla, da  igual aun cuando duela menos, al Presidente de la República en turno, las cosas cambian de manera extraordinaria.

Hace algunos años un escuálido perraco le hundió el marfil al entonces obispo de San Cristóbal de las Casas, Don Samuel Ruiz, en plena efervescencia del conflicto (o revolución) zapatista y muchos se preocuparon por si el perro estaba vacunado. Don Samuel sí; pero sólo contra el tétanos. La noticia y la fotografía del perro le dieron la vuelta al mundo.

A un amigo mío lo mordió el perro de la calle. El amigo fue al antirrábico y el perro al antialcohólico.

Por eso alguien dijo, noticia es todo aquello alejado de la normalidad. Y uno, con mayor cinismo, explicó, noticia es todo aquello de lo cual se habla cuando ya ha ocurrido.

Por ejemplo, algo cercano a la normalidad es una derrota de la Selección de Futbol frente al equipo nacional de los Estados Unidos. La tiene de “pichón”. Lo extraordinario, es decir, lo noticioso sería lo contrario, pero la costumbre también se publica y también se habla de ella.

Los mexicanos suelen fracasar en sus andanzas por el mundo. Pero a veces sucede lo contrario y se debería celebrar de manera sonora. Casi como cuando “El Negro” González Iñárritu, ahora “Mr G. Iñárritu”, tres “Oscar” en una sola noche.

Vea usted esta belleza:

“México obtuvo el primer lugar en el medallero de la competencia de robótica más importante de Europa: el “Robotchallenge 2015”, la cual se llevó a cabo en Viena, Austria, con la participación de 150 equipos de más de 40 países, y donde se obtuvieron nueve medallas de oro, plata y bronce.

“Al concurso acudieron equipos integrados por  estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y del Instituto Tecnológico Superior de Poza Rica (ITSPR), Veracruz, que demostraron que la investigación, estudio y desarrollo tecnológico en robótica realizados en México tiene altos niveles de calidad”.

Quizá la razón de estos éxitos se deba a algo muy sencillo: esos afanes no están contaminados por el afán lucrativo, no se mete la televisión, no se comercializan, simplemente es hacer por amor al acto mismo, al conocimiento, a la sabiduría.

Y los deportistas profesionales fracasan cuando quieren jugar como robots.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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