Instituto Electoral del Estado de México

–Hazme un favor, Faustino, le dijo el joven reportero al fotógrafo Faustino Mayo, emigrante español avecindado con sus hermanos en México desde la diáspora de la Guerra Civil Española de 1939.

–Dime, respondió el fotoperiodista.

–Voy a armar un escándalo. ¿Te imaginas la foto mundial si Muhammad Alí me suelta un madrazo?

Faustino Mayo sonrió.

El reportero cruzó el vestíbulo y se sentó a cumplir el ritual de todos los periodistas: esperar.

Tiempo más tarde Alí, con un perfecto traje gris, comenzó a bajar una escalinata cuya desembocadura, como el delta promisorio del río de la calma, llega al bar del hotel María Isabel. Su elasticidad de pantera y la displicente mirada de su olímpica estatura, además de la fama planetaria, lo hacían imán de todos los ojos.

El reportero, esmirriado enclenque con menos de 60 kilos, se le acercó desafiante. Lo miraba hacia arriba.

Se le puso en el camino y Alí lo esquivó como quien salta un charco. Lo persiguió y cuando consideró estar en foco, con Faustino cámara en posición; trató de tomarle un brazo cuyo bíceps parecía una pierna de jamón. Hizo algo parecido a un tironeo.

–Alí movió al brazo y siguió caminando. El anhelado puñetazo o al menos el escandaloso empellón no llegó nunca. Intercambió dos o tres frases inocuas con el reportero y siguió su camino. No cayó en la trampa. La fotografía quedó ahí: el provocador mirando al campeón y el boxeador más grande de la historia espantándoselo como a una mosca impertinente.

Esa historia (¿historieta?) es real.

Alí se fue a recorrer los pasillos del hotel. Subió una escalera y entró a un salón de belleza donde las mujeres se derramaron nomás de ver su apostura de Apolo negro. No en balde decía de sí mismo, soy el más hermoso del mundo.

Yo iba detrás suyo y al volver al periódico escribí una crónica insensata cuyo destino remató en las páginas deportivas. El novel redactor (tenía 20 años de edad) había fracasado en un empeño muy frecuente: convertir al periodista en el protagonista.

Hoy hemos visto a alguien cuyo idéntico afán le ha dado resultado.

Lo ha convertido en una celebridad sobre todo porque su recurso exhibicionista fue frente a un torpe aspirante a la candidatura republicana de los Estados Unidos muy alejado de las habilidades elusivas de Muhammad Alí.

La estulticia mediática de Donald Trump en una conferencia de prensa, lo hizo caer en la trampa de Jorge Ramos quien de paso se ha subido al altar de la canonización reporteril. Y lo peor, cayó en las trampas de quien le avisó sus intenciones. Ramos es así. Provoca, irrita y protagoniza.

Es un hombre realmente hábil y ha vendido como pocos el credo del periodista comprometido, el partidario de una causa, el defensor de una tesis: neutralidad implica complicidad.

“…entre muchos otros (ejemplos de gran periodismo)… han ocurrido cuando los periodistas toman una postura (no un protagonismo) y se enfrentan a los poderosos. “Debemos tomar partido”, decía el Premio Nobel de la Paz, Eli Weisel.”La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima.”

Y es verdad. Todos tenemos una actitud frente al cinismo racista de la derecha o la ultraderecha estadunidense. De eso escribimos y eso analizamos. Yo no creo únicamente en el periodista preguntón. Creo también en quien disecciona, escudriña textos, propone actitudes, ideas.

Los periodistas podemos trascender –o no–, por nuestras palabras o por nuestras actitudes. Cada quien tiene sus armas, cada quien escoge sus batallas, dicen.

A fin de cuentas todo empeño vale, pero no toda actitud impresiona a igual a toda la gente. Los reporteros sabemos cómo hacer las cosas de nuestra profesión y detectamos las conductas prefabricadas, útiles o no.

A fin de cuentas Ramos preguntó como le vino en gana y Trump respondió como quiso. Por eso las entrevistas son esencialmente inútiles. Son un duelo de actitudes; no un juego de sinceridad.

Pero el periodismo tiene otros riesgos.

Apenas hace unos días todos vimos las imágenes. Así lo reportó la prensa:

“…Dos personas que formaban parte de un equipo de la estación local de noticias WDBJ de CBS han muerto en un tiroteo que tuvo lugar en Virginia durante una emisión en directo. Durante una conexión en directo desde la plaza Bridgewater de la ciudad de Moneta, Virginia, se oyen ocho disparos en el momento en que la reportera entrevistaba a una persona. De repente, la cámara cae al suelo y la emisión se interrumpe.

“El gerente general del canal WDBJ ha confirmado que la reportera Alison Parker, de 24 años, y el cámara Adam Ward, de 27 años, han muerto, según escribe la cadena en su página web.

“La oficina del sheriff del condado de Augusta confirmó que el presunto asesino de 2 periodistas de WDBJ es Vester Lee Flanagan, de 42 años.

“Brian Moran, secretario de seguridad pública de Virginia, informó de que el agresor fue declarado muerto en el hospital a las 13:26 (hora local) después de haber intentado suicidarse (¿?), según la Policía… “

Esos si son riesgos profesionales, no gajes del oficio como el turno de preguntar en una conferencia de prensa.

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Revisa uno la impresionante trayectoria de José Antonio Meade Kuribreña y más allá de la sorpresa por sus cuatro secretarías consecutivas (Energía, Hacienda, Relaciones exteriores, Desarrollo Social) queda una pregunta: ¿en verdad se le ha incluido en la canasta de donde saldrá el siguiente candidato del PRI a la Presidencia de la República?

No se le conocen antecedentes políticos partidarios ni militancia alguna.

¿Podría ser el primer candidato externo en la historia del PRI?

Por ahora nadie lo sabe.

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Comenta Manlio Fabio Beltrones, presidente del PRI, los cambios en el gabinete:

«…yo espero que le funcionen y muy bien. Todos ellos son funcionarios públicos probados por su eficacia y hay instrucciones precisas de cómo acometer cada una de sus disciplinas… este movimiento dentro del gabinete, estoy seguro que será para refrescar, todavía más, lo que es el ejercicio de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto”.

No falta quien halle ahí una lúcida gota de ironía… espero…

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Dirigía Agustín Basave una división de estudios sociales en la Universidad Iberoamericana.

Ahora con su repentina aparición como un posible salvador de la Revolución Democrática ha dado un salto mortal: pasar de la “Compañía de Jesús” a hacerle compañía a “Los Chuchos”.

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Por si alguien tuvo un sueño guajiro, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ya le ha echado encima el helado cubetazo de su frío despertar: “no esperen disminución en las tasas, ni en el régimen de contribuciones; eso no va a cambiar. El horno no esta para bollos.”

Así se los dijo LV a los senadores del PRI ante la impávida mirada de Emilio Gamboa. No queda en el diccionario del gobierno la palabra flexibilización fiscal. Ni pensarlo, ni soñarlo no están ni el horno ni los bollos ni el petróleo.

Este régimen es aristotélico.

El funcionario m. Siaristot+ da en el diccionart delk SAT

m el diccionartiodel goboerno la palanbra flñexibilizacia incluido en la canasta de doás importante se llama Aristóteles Núñez y es el implacable cobrador del SAT.

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Todo mundo sabía del poco interés de Claudia Ruiz Massieu en los asuntos del Turismo. Sin embargo logró un trabajo notable. Dejó de lado la materia en si para concentrarse en sacar adelante el compromiso en un área cuya naturaleza les es indiferente, pero probó algo importante: la disciplina no es decir sí a todo; es hacer bien las cosas.

Más allá de sus mudanzas de carácter, Claudia es una mujer inteligente y disciplinada. Sus asuntos personales pueden quedar a un lado de su desempeño profesional. Y es una profesional de estirpe, de linaje pol**************eytras el campo de Aurlio NUño,adores, literatos y escritotes de altos vuelos. Poetas, fiklñosofos, liuteratos. doítico.

El cambio más notable en la historia de las relaciones exteriores de México ha sido, indudablemente, el tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, promovido por su tío, el hermano de su madre.

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Ya se ha convertido en una pieza del lugar común: Aurelio Nuño llega al escritorio de José Vasconcelos. Pues sí; pero no se sabe de poderes mágicos derivados de ese mueble de caoba. También podrían decirle el escritorio de Agustín Yáñez o de Jaime Torres Bodet, todos ellos creadores, literatos y escritores de altos vuelos. Poetas, filósofos, literatos.

Y no son las letras el campo de Aurelio Nuño.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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