“El 25 de agosto de 1974 (CMDPDH), detuvieron ilegalmente en un retén militar al señor Rosendo Radilla Pacheco, quien fue visto por última vez en el Ex. Cuartel Militar de Atoyac de Álvarez, Guerrero.
“Rosendo Radilla fue un destacado y querido líder social del municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, quien trabajó por la salud y educación de su pueblo y quien fungió como presidente Municipal. Treinta y nueve años después, su paradero sigue siendo desconocido”.
El nombre de Rosendo Radilla se pronuncia con devoción entre los profesionales de la defensa de los Derechos Humanos. Su historia y la forma como éstas fueron presentadas de instancia en instancia; de tribunal en tribunal, de corte en corte y en sucesivos organismos defensores ha sido considerada como el emblema del cambio de actitud del gobierno mexicano hacia los Derechos Humanos; sus violaciones y su crisis, como ahora le llaman los “expertos” interamericanos. Sigue la cita:
“En México durante la década de los setenta y principios de los ochenta, se cometieron numerosas violaciones de los derechos humanos por parte de integrantes del Estado. Éstas formaron parte de una política de Estado que resultó en la comisión de crímenes de lesa humanidad, que se mantienen en total impunidad a la fecha. Parte de esta política de Estado involucró la persecución y detención arbitraria de opositores al régimen principalmente activistas políticos y dirigentes sociales. A este periodo histórico se le denominó “Guerra Sucia”. Es en este contexto en el que se da la detención del señor Rosendo Radilla.
“La detención y posterior desaparición forzada del señor Radilla Pacheco fue denunciada públicamente por la familia en el momento de sucedidos los hechos y posteriormente fue denunciada legalmente ante las instancias de procuración de justicia nacionales.
“Fue parte de la investigación realizada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos la cual concluyó en un Informe Especial publicado en el año 2001 conjuntamente con la recomendación 26/2001 e igualmente fue una de las averiguaciones previas investigadas por la Fiscalía Especial creada en la transición democrática con el fin –no alcanzado– de aclarar los crímenes del pasado.
“Dicha fiscalía fue cerrada de forma inesperada el 30 de noviembre de 2006. Actualmente las investigaciones radican en la Coordinación General de Investigación dependiente de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delitos Federales de la Procuraduría General de la República”.
Ese último dato es ahora impreciso. Ya fue creada una fiscalía para la búsqueda de (todos) los desaparecidos. Lo anunció la procuradora Arely Gómez hace unos días en el Senado. Pero algo sí es preciso, aun cuando suene ilógico y refrito:
“ (SE) La Procuraduría General de la República (PGR) ofrece una recompensa hasta de un millón y medio de pesos, por la localización de Rosendo Radilla Pacheco, líder campesino desaparecido en 1974, tras ser detenido por el Ejército mexicano.
“Y es que por esta desaparición forzada, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), emitió una sentencia contra el Estado mexicano en el año 2009, obligándolo a reabrir las investigaciones, a indemnizar a sus familiares y a limitar el fuero militar”.
Así hubieran ofrecido un millón y medio de dólares. No va a servir de nada.
Bueno, sí va a servir. Permitirá prolongar la presión de la CIDH sobre el gobierno mexicano.
NUÑO
Aurelio Nuño entiende perfectamente cuál es su principal debilidad: el escaso conocimiento del público sobre sus méritos y su persona.
Lo primero lo podrá contrarrestar mediante el adecuado ejercicio de la delicada función desde la cual ahora le sirve al gobierno. Lo segundo, mediante una amplia exposición en los medios y también por sus recorridos territoriales.
Por eso va a cuanta escuela se le pone enfrente. Su plan es bueno pero tiene un defecto de origen: en las escuelas hay niños y los niños no votan.
Si quiere presencia política, debe hacer más política y menos turismo escolar para repetir en esas ocasiones el verbo monocorde de los maestros faltistas, la Reforma Educativa incomprendida; las ausencias y las consecuencias, así se le rase la mirada cuando escucha el Himno Nacional en las ceremonias cívicas de los lunes por la mañana.
MUERTE DECIMAL
En 2005 se cayó el avión de Gustavo Vásquez Montes, gobernador de Colima. En 2010 su sucesor, Silverio Cavazos, fue asesinado fuera de su domicilio. En 2015 Fernando Moreno Peña, ex gobernador e integrante del mismo grupo y partido de los difuntos, fue balaceado y sólo salvó la vida por una milagrosa circunstancia.
¿A quién espera la bala en el 2020?
Debo decir primero que tiene un pluma muy ligera y acertada en la narrativa de los hechos, cuando puedo lo veo con José Cárdenas, segundo me atrevo a pensar que Nuño no ha estado en la boleta. Tal vez no este en la grande, pero usted lo saber mejor que nadie. Saludos.