Instituto Electoral del Estado de México

Quizá usted lo haya visto. Es un  programa fantástico de la BBC (de Londres, dicen los amos del lugar común como si la hubiera en Nairobi) en el cual personajes infantiles creados por el genial Andrew Davenport, juegan entre balbuceos y utopías: casas de piedra, carruseles interminables, frazadas infinitas, soldaditos de madera y un barco invisible cuya travesía culmina en el jardín de los sueños.  Pura imaginación educativa.

Hoy sin la magia de los intraducibles Iggle Piggle, Upsy Daisy, Makka Pakka y los Tombliboos, los mexicanos tenemos nuestro propio jardín de los sueños.

Es una comisión (tan inútil como su nombre lo dice), asociada a los afanes de otra aspiración institucional llamada desarrollo sustentable; es decir, posible sin  degradar el ambiente.

Esa comisión, por cuyas ocurrencias ahora vivimos en el mundo de las contingencias ambientales, ha emitido algunos lineamientos.

Mejor sería decir, ha dado unos cuántos palos de ciego más. Vea usted ésta hermosura, digna de Makka Pakka, uno de los simpáticos  personajes del Jardín onírico de la televisión inglesa. Olvidaba decirlo, esa serie mágica y maravillosa, es para niños.

La Comisión Ambiental de la Megalópolis supuestamente no lo es.

Revise usted esta información divulgada ayer. Y si puede contener las carcajadas, lo compadezco, ha perdido usted el sentido del humor, cosa abundante en estos funcionarios.

“(EOL) El gobierno federal informó al Congreso de la Unión su propuesta para limitar a horarios nocturnos las marchas y mítines, entre otras protestas sociales, que afectan el tránsito vehicular.

“Ante legisladores de la Comisión Permanente, el coordinador ejecutivo de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), Martín Gutiérrez Lacayo, explicó que con dicha medida se busca reducir los niveles de contaminación sin violar el derecho a la protesta.

“Son cosas que hemos puesto en la mesa de las autoridades locales para que nos ayuden”, dijo Gutiérrez Lacayo.

“En su turno, el procurador Federal de Protección al Ambiente, Guillermo Haro Bélchez, expuso que el nuevo sistema de verificación vehicular implicará, además de acudir a los verificentros, dos etapas más de revisión: en la primera, el conductor deberá consultar en internet la información sobre los niveles de contaminación de su automóvil, para que lo pueda corregir antes de verificar.

“Tras verificar, la autoridad usará los aparatos conocidos como “contaminómetros” afuera de los verificentros, para detectar a los automóviles que, mediante actos de corrupción, hayan obtenido un holograma que no ameriten”.

La propuesta de Gutiérrez Lacayo no podría ser más ilógica (esta columna iba a escribir una palabra rimada con bermeja, pero se abstiene).

Si los manifestantes buscan notoriedad y creación de problemas a una autoridad sorda, según ellos, ¿cómo van a marchar de noche cuando quienes los deberían atender no están, o hacen su propio viaje por el jardín de los sueños?

No comprende este funcionario el mundo real. Marchar de noche es como gritar gol en el estadio donde no hay partido y como se advierte no entiende la raíz de una protesta social: exhibir a un gobierno, suscitar irritación, poner a la sociedad en contra del orden y culpar a los antagonistas políticos. No es un  asunto de convertir en ciudadanos colaboracionistas a los “anarquistas, “ por ejemplo, ordenados y bien portados marchando bajo la luz de la Luna, con el bello propósito de  controlar  la contaminación, cosa para la cual no están los manifestantes, sino de usar la cabeza para algo más allá del peinado.

Todo bloqueo es un sabotaje y si no los han logrado impedir de día, ¡bajo cual idea los van a controlar de noche?

Y en cuanto a los cazadores de contaminantes, pues ya es el colmo. Tenemos radares de velocidad, cámaras de seguridad y ahora “drones” y detectores de vehículos sucios además del alcoholímetro.

Todos esos controles sirven para untárselos al queso. Hasta la Volkswagen se burló de ellos, en países mejor organizados, durante varios lustros. Y ahí siguen las cosas.

Sólo como una pequeña demostración del absurdo de culpar a las marchas por TODA la contaminación del aire, valga este juego de palabras divulgado ayer por MVS:

“El secretario de la CNTE en Michoacán, Víctor Zavala, aseguró que no son los maestros quienes están bloqueando la autopista México-Toluca sino la policía de la Ciudad de México que con vallas les impiden el libre tránsito para llegar a la Secretaría de Gobernación donde entregarán su pliego petitorio.

“En entrevista con Luis Cárdenas en MVS, Zavala aseguró que la Comisión de Derechos Humanos está enterada del bloqueo que realizan los granaderos en este acceso a la ciudad de México.

“Lo que estamos planteando es una marcha para poder entregar nuestro pliego petitorio, el bloque no lo estamos haciendo nosotros, lo está haciendo la policía de la Ciudad de México, ellos pusieron la valla”.

Impecable.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

Deja una respuesta