Instituto Electoral del Estado de México

Le he puesto el color del ébano a las ropas talares de los sacerdotes más por el luto obligado de aquellos cercanos a los muertos en Veracruz y no tanto por alguna otra alusión sobre la conducta de algunos curas a quienes se les restriega en la faz, como si se tratara de u  estropajo maldito, la conducta de tantos y tantos pederastas como en el  mundo han sido.

Pero la reiterada acusación –o al menos el insistente recordatorio— hasta contra quienes no ha  cometido tan nefando pecado, el del escándalo contra los niños, cuya penitencia –dice el Evangelio—no se basta ni siquiera con colgarse en el cuello una rueda de molino y tirarse de cabeza al agua, es el arma favorita de quienes defienden ahora los matrimonios igualitarios, pues ya vemos cómo en este país se forman dos bandos claramente definidos y a cual más peligroso.

Y esos bandos se van a encontrar mañana en la columna a la Independencia (tan hermosa ella, tan esbelta,  y tan cercana a nuestras miradas y recuerdos), en cuya base, lo sabemos todos, hay un mausoleo donde reposan bajo la dorada gloria del Ángel, los padres de nuestra patria, pobrecita de ella.

Por un lado anuncian su aprovechamiento de la libertad de expresión los hombres y mujeres del tradicionalismo familiar, quienes no justifican la unión de dos personas si no son de sexos diferentes y con la definida intención de multiplicar la especie y a esa libertad de pensar y decir se adhieren quienes de otra manera piensa, como son los militantes de todos esos movimientos de LGT; etc., quienes ya se hartaron no sólo de vivir dentro del ropero, sino de no poder vivir en paz fuera de tan oscuro e incómodo mueble.

Por la parte de los  liberales de la sexualidad, quienes defienden sus derechos, ha hablado Patria Jiménez cuyo septembrino nombre lleva resonancias heroicas. Por los tradicionalistas de la familia de bíblicas inspiraciones, se expresa con elocuente paciencia, Mario Romo.

Ambos han  dicho de sus programas y sus fechas: no se trata de provocar a nadie ni de caer en provocaciones ajenas. Líbranos Dios de los malos pensamientos y no nos dejes caer en tentación habría dicho mi Tía Adela, tan pía y devota ella.

Y por el lado de la comunidad LGT, etc, pues les debemos creer su intención pacifista pues no se sabe en ellos germen violento ni conducta indebida, aun cuan do algunos los tachen de indecorosos, pero eso no es para poner a nadie en peligro, excepto si una buena señora cree en el brote de “perrillas” en los ojos de sus hijos por mirar atrevimientos carnales y besos de bigote a bigote.

Pero las cosas son así mientras los malquerientes de la Mitra de esta capital acusan de homófobo a don Hugo Valdemar  ¡válganos el señor!, vocero del señor Cardenal Norberto Rivera quien ha tenido (Hugo, aunque también el arzobispo), una accidentada Carrera en su aso por la Catedral.

Acusarlo de tal fobia es para él del todo indebido y para lavar la afrenta ofrece la mejilla de esta explicación:

“La Iglesia católica no es homofóbica por el hecho de oponerse a los matrimonios entre personas del mismo sexo, aclaró el sacerdote Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis primada de México.

“En una entrevista con Desde la Fe, semanario de la misma arquidiócesis, el religioso indicó que la Iglesia católica “ama” a los homosexuales y “quiere su salvación y su integración a la Iglesia que es madre”, con lo que rechazó tajantemente las versiones de la supuesta homofobia…

“…La Iglesia católica rechaza todo crimen de odio y nos recuerda que la vida es un don que bajo ninguna circunstancia o justificación se debe vulnerar”, abundó. La Iglesia católica no es homofóbica por el hecho de oponerse a los matrimonios entre personas del mismo sexo, aclaró el sacerdote Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis primada de México”.

Y mientras tanto, en Veracruz dos curas son asesinados después –dicen—de alternar y departir con quienes los privaron de la vida y un presbítero más, en Michoacán, sufre secuestro por parte no se sabe si de los traficantes o alguna otra organización criminal.

Malos vientos soplan sobre las cúpulas.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

Deja una respuesta