“… la nave que se hace con las uñas de los muertos…”, dice el gran Borges en alusión a otras líneas ya olvidadas de John Donne.

Las uñas de los muertos en los tiempos mexicanos de la mortandad violenta en auge. Más de dos mil, homicidios dolosos (¿dolorosos?) en un mes. La estadística es un horror cotidiano.

Piensa el ocioso, cuántas uñas, de manos y pies, podríamos extraer de las decenas  de miles de cadáveres de los recientes años de la sangre mexicana, derramada de manera inútil por decisiones políticas equivocadas, por corrupción, por sumisión a las órdenes de un imperio insensible cuyo dominio del mercado de las drogas, su consumo, su rentabilidad fabulosa, ha puesto a este país en el  empeño ya irreversible de convertir el suelo nacional en campo de batalla entre bandas de narcotraficantes, mercenarios y delincuentes de toda condición y especialidad; secuestradores, extorsionadores, tratantes de humanos, polleros, lenones y cuanto la mente quiera describir en el interminable catálogo de la maldad.

Y frente a ellos un ejército de 60 mil hombres cuya obligación es resistir sin atacar.

Hoy los “badombres” definen nuestra nacionalidad, al menos ante los ojos del orate de la Casa Blanca y mientras eso sucede las cifras, tan  obvias como ciertas, nos cuentan del mes más cruel: el pasado, cuando la cantidad de muertos superó con mucho todo lo registrado en este sexenio cuyo comienzo fue una promesa de normalidad hasta ahora no alcanzada.

Y mientras eso sucede el Congreso de la Unión pierde el tiempo en discusiones bizantinas sobre si debe ser  primero el mando  mixto o la Ley de Seguridad Interior (como dicen los siempre truculentos panistas cuyo molino electoral necesita el agua de la intransigencia, como hicieron para desaparecer el Instituto Federal Electoral), o si se debe legislar antes sobre el uso de la fuerza y en el interminable barril de alambre en cuyo círculo infinito corren la ardilla o el hámster.

Los diputados y los senadores se masturban en grupo y alegan y discuten en comisiones y en juntas de coordinación política en las cuales sólo se coordina la inactividad, el bloqueo, la parálisis, pero siempre con  tiempo para otras huevadas (diría la clásica voz chilena) como establecer el día del Cine Nacional o debatir y reventar la asamblea porque alguien en venganza contra el gobernador de Quintana Roo,  quiere prohibir los parques de diversiones marinas con delfines adiestrados en saltar del agua y pasar por un  aro a cambio de una sardina pavloviana.

¡Ay!, cuánto nos preocupan (usemos a García Lorca) los saltos “jabonados de delfín” como para hacer del cuidado de los animales mejor cuidados del mundo (los delfines y pinnípedos de los acuarios) el más estúpido de los asientos legislativos en un  país con  2 mil asesinatos mensuales. Contra eso nada hacen, contra eso nada proponen los verdes aliados del Partido Revolucionario Institucional. No pudieron estos mismos colaborar en la extinción de los sicarios, pero si prohibieron  la bamboleante danza de los elegantes en la mitad de una pista de circo sin leones, ni perros bailarines.

Pero en fin, revisemos las cifras, leamos de nuevo la codificación de los horrores cuando todavía no se alzaban las cifras por encima del espanto superior a los dos mil muertos por mes como ocurrió en marzo. Esto fue un aviso de cómo vendrían las cosas y los datos de ahora son augurio del volumen para el resto del años. Veamos (ONC):

“…Acorde con los datos oficiales de procuradurías y fiscalías generales de las entidades reportados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), 2016 se caracterizó por ser un año violento.

“Esto principalmente se debe a que el repunte del homicidio doloso que inició en abril de 2015 se ha mantenido, marcando de la misma manera al primer mes de 2017, si se compara la tasa por cada 100 mil habitantes de víctimas de homicidio doloso de enero de 2017 (1.74) contra el promedio de la tasa nacional de 2016 (1.56), el aumento es de 11.46%.

“El comportamiento de este delito de alto impacto en el ámbito nacional, lamentablemente refiere que su incidencia y las víctimas directas e indirectas de este ilícito no han podido contenerse en diversas regiones del país.

“En este sentido, vale la pena señalar que en enero de 2017, 12 entidades federativas reportaron una tasa de homicidio doloso superior a la tasa nacional (1.74), las cuales fueron: Colima (11.63), Baja California Sur (6.79), Guerrero (4.57), Chihuahua (4.02), Baja California (3.88), Sinaloa (3.82), Zacatecas (3.75), Morelos (3.46), Michoacán (2.79), Sonora (2.12), Oaxaca (1.95) y Guanajuato (1.76). La situación en estas entidades federativas evidencia que el homicidio continúa creciendo y que este tipo de violencia cada vez se expande más en nuestro país.

Lo que está sucediendo alrededor del homicidio es sumamente significativo, sobre todo si se considera que las intervenciones federales parecen no tener un efecto definitivo sobre este.

“Esto no es algo menor pues al menos han transcurrido cinco meses de la implementación de la llamada estrategia de intervención focalizada en los 50 municipios con mayor número de homicidios; lo cual significa que la federación ha continuado optando por subsanar las carencias locales -resultado de negligencia, corrupción y desinterés de las autoridades locales-, poniendo en riesgo la vida de policías federales, marinos y soldados, sin que ello haya implicado la mejora de las condiciones de seguridad al menos durante una década.

“Si bien el homicidio doloso por su gravedad y métrica, se vuelve el indicador clave para entender y analizar los niveles de violencia, falta de seguridad e incidencia delictiva; es necesario no perder de vista el comportamiento de los demás delitos de alto impacto.

“Desde esta perspectiva, en enero de 2017 se apreció el incremento de las tasas de homicidio culposo, extorsión, robo con violencia, de vehículo, a casa habitación, a negocio y transeúnte, si se compara con el promedio de las tasas nacionales de 2016”.

Dijo alguna vez Pedro “El mago” Septién cuando hablaba de la maravillosa aritmética del beisbol y la utilidad de las estadísticas (y bien vale poner a Septién junto a Borges y García Lorca) : Las estadísticas son los profetas que miran hacia atrás.

Y si nosotros miramos hacia atrás, veremos cómo viene ominoso el futuro, como de seguro veían aquella ola convertida en garras de agua, los pescadores de la estampa de Hokusai, el pintor de los mil nombres cuyas vistas del Monte Fuji son tan bellas como la mejilla de una muchacha, fresca como una moneda de reciente troquel, decía Hemingway.

MARINA ARMADA

Fiesta en Antón Lizardo, juramento de bandera, espadines de difícil logro, méritos, esfuerzos, sacrificios. Ríos de sudor, para evitar gotas de sangre, dicen algunos.

Y el almirante Vidal Francisco Soberón les dice a los ingresados de la escuela naval:

“Cadetes de primer año de la Heroica Escuela Naval Militar:”

“Como ustedes bien lo saben, nuestros conciudadanos, millones de mujeres y hombres, que diariamente se ganan la vida de manera honrada y con gran esfuerzo, han depositado su confianza en esta institución para velar por su futuro a través de la salvaguarda de la soberanía y la seguridad nacional, una misión y un honor que nos exige ser mejores profesionales, honorables marinos navales y excelentes personas.

“Ustedes forman parte de una generación privilegiada, cuyos conocimientos están respaldados por equipo y sistemas de vanguardia, pero, sobre todo, de planes de estudio que responden a las exigencias de los tiempos actuales.

“Hoy, más que nunca, México confía en que sus marinos navales cuentan con los conocimientos y capacidades para tripular este gran navío, que es la Armada de México.

“Recuerden que el juramento que han hecho hoy para defender a nuestra Patria es un juramento que no tiene fecha de vencimiento; es un juramento para toda la vida”.

Y el Presidente Peña:

“México siempre exigirá de ustedes su mayor esfuerzo, lo mismo para enfrentar a quienes atenten contra el orden, la paz y la tranquilidad de los mexicanos, que para resguardar la seguridad de nuestros puertos. Y, en caso de catástrofes naturales, también contaremos con ustedes para proteger la vida de los mexicanos.

“Sí lo sabemos todos: es mucho lo que México demandará de ustedes. Pero tengan también presente que no estarán solos, contarán siempre con el respaldo del Estado mexicano para cumplir las elevadas responsabilidades y obligaciones que hoy han asumido”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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