Guillermina Gómora Ordóñez 

Los afanes democratizadores en México viven un momento histórico, luego de la explosión de candidaturas independientes rumbo a la elección del 1 de julio del 2018.

Sólo para la Presidencia de la República, se registraron 86 ciudadanos ante el Instituto Nacional Electoral (INE). Un dato revelador que obliga a la reflexión, pues esta fiebre ciudadana y “tránsfuga-partidista” amenaza con llevar al terreno de la vacilada un derecho ganado en la reforma político electoral del 2014.

Sí, la figura de candidato independiente comienza a pervertirse “aprovechando” el alto grado de desprestigio y desconfianza que tienen los partidos políticos.

De acuerdo con datos del documento “Estrategia Nacional de Cultura Cívica”, del INE, 81% de los mexicanos no cree en los partidos políticos. Otro dato importante que destaca la investigación, es qué entiende la ciudadanía por democracia: 19% concibió que la democracia es un sistema donde todos colaboran, pero 50% declaró que es donde muchos participan y pocos ganan.

En efecto, el sistema político mexicano padece el reciclaje en todos sus niveles y organizaciones a pesar de que existen nueve partidos políticos. Nadie quiere soltar el hueso, todos quieren seguir dentro del presupuesto y quizá estas viejas prácticas hoy nos permitan entender la existencia de 86 aspirantes tan sólo a la Presidencia de la República, confirmando así, también, el perverso juego que busca la pulverización del voto.

Una “flexibilidad” del régimen que puede convertirse en un factor de riesgo para la figura de los candidatos independientes y transformarse en un disfraz de políticos resentidos, “merecedores de abundancia”, representantes del crimen organizado, que buscan seguir viviendo del presupuesto ahora desde esta trinchera.

No hay que olvidar que antes de ésta opción, el PAN y el PRD se alimentaban de este segmento de personas insatisfechas y buscadoras de un cambio. Para muestra, Ricardo Monreal, delegado en Cuauhtémoc, que ha militado en el PRI, PRD, MC y ahora en Morena.

O el caso de Nuevo León con Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, que después de 30 años de militancia priista, se cambió de camiseta y se hizo de la gubernatura, sin representar un cambio de fondo para el sistema y sus gobernados.

Por lo pronto, el camino de estos aspirantes a figurar en la boleta del 2018 es largo y sinuoso. Primero porque tendrán que ganarse la confianza del votante, sobre todo aquellos que recién acaban de renunciar a sus partidos como Margarita Zavala, Armando Ríos Piter y Luisa María Calderón.

Luego, deberán recabar las firmas, el principal factor por el que un aspirante independiente fracasa. En el caso de quienes buscan la presidencia, tienen sólo 120 días para reunir 866 mil 593 firmas (equivalente al 1% de la lista nominal de electores) provenientes de 17 estados del país, con recursos propios. Es decir, para ser candidato independiente a la presidencia se deben obtener 300 firmas por hora, un reto complejo si se considera que se trata de ciudadanos sin una estructura a nivel nacional.

Como advierte Javier Santiago Castillo, ex consejero del INE, “es una moneda de dos caras, una abre la puerta a que participen los ciudadanos lo que es sano, pero del otro lado no hay tiempo para reunir las firmas, no hay acceso a los recursos para poder competir y tampoco hay espacios suficientes para difundir sus propuestas, todo eso les complica el triunfo a los independientes».

En efecto, penetrar las murallas impuestas por los partidos es una tarea que se antoja más que titánica, pero no imposible para ciudadanos que aspiran a una candidatura, la que sea. No hay que olvidar que en procesos anteriores personajes como: Manuel Jesús Clouthier Carrillo, diputado federal por el distrito 5 de Sinaloa; Jaime Rodríguez, “El Bronco”, gobernador de Nuevo León, y Pedro Kumamoto, diputado local de Jalisco, lograron derribar estos obstáculos.

Al fin y al cabo, el poder es un juego de estrategia y existe ese riesgo u oportunidad, como se le quiera ver. Sólo hay que tener cuidado de que este logro de la sociedad civil, no se convierta en “Política Ficción”, producto de un discurso antisistémico y demagógico que venda la idea de que un candidato independiente cambiará todo como por arte de magia.

Vericuentos

Encuentro de dos mundos

Aunque usted no lo crea, los integrantes del Frente Ciudadano por México, se reunirán el jueves 19 con representantes de diversas asociaciones como: Mexicanos Primero; México Unido Contra la Delincuencia; Cauce Ciudadano A.C., y México ¿Cómo Vamos?, quienes les presentarán propuestas de políticas públicas para tres rubros: 1. Reinventando el desarrollo urbano y rural; 2. Crecimiento económico y equidad; 3. Justicia y seguridad. Ojalá escuchen a los que saben.

Financiamiento dudoso a partidos

La  investigación “Gasto y fiscalización electoral en México: 1997-2017”, del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, advierte que la eliminación del financiamiento público para partidos políticos no es recomendada por organismos internacionales, pues en otros países se han documentado relaciones de dependencia de candidatos y organizaciones partidistas hacia organizaciones privadas por buscar fondos para campañas. También, revela que en el Congreso de la Unión existen 15 iniciativas pendientes de análisis que proponen revisar el financiamiento público a los partidos. ¡Cielos! 

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