110510-1c-extraditado

Hasta ahora nadie nos ha podido explicar con claridad cuál es el motivo de tanto orgullo cuando abrimos la puerta de la justicia y le entregamos un reo a los Estados Unidos. Si se acude al expediente de la extrema seguridad de las prisiones federales americanas, deberíamos sentir cómo baja del cielo la escupitina, pues se trataría de inmediato, por contraste y por comparación con nuestro tácito, implícito y hasta orgulloso reconocimiento de las muchas incapacidades nacionales, entre ellas poner un cerrojo y mantener a los malosos de la minoría ridícula detrás de las rejas.

Un país ufano del reconocimiento de su corrupción carcelaria no se merece demasiada confianza en otras materias.

“…Como resultado de la estrategia nacional de seguridad y de la estrecha cooperación en materia de combate a la delincuencia organizada que nuestro país tiene con otros países con los que se han firmado tratados internacionales ––dice infatuada la Procuraduría General de la República en un documento oficial––, el gobierno de la república informa que en la actual administración se han extraditado al mundo un total de 307 presuntos responsables de diversos delitos para que rindan cuentas ante el sistema de justicia de aquellas naciones; con estas 307 extradiciones, efectuadas hasta el pasado 4 de diciembre de 2009, se llega a la cifra máxima nunca antes vista en un periodo similar, lo cual es una muestra más de la firme decisión del gobierno federal de hacer frente al crimen organizado mediante el estricto cumplimiento de la ley.

“Así, ningún delincuente queda eximido de cumplir con la máxima pena que las leyes internacionales contemplan para cada delito, para que la seguridad y la tranquilidad rijan en nuestras naciones. Con acciones como ésta, el gobierno de la república reitera su compromiso con la justicia y la seguridad de todas las familias mexicanas”.

Hasta ahora no sabemos cómo incide en la seguridad de las familias mexicanas la compurgación de penas negociables en Estados Unidos de los narcotraficantes capturados aquí, casi siempre con la colaboración de la DEA.

Es más, esa sumisa y obsecuente colaboración es uno de los problemas presentes en la relación con el Ejército. A ningún militar mexicano, formado en el respeto y defensa de su bandera, le parece correcto (por no decir aceptable) recibir órdenes de los gringos incrustados en los aparatos civiles de seguridad pública de este país. Pero esa es una historia para otra columna.

Por lo pronto, la tesis es muy simple. México no puede perseguir solo a los narcotraficantes. Tampoco los puede vencer en solitario y mucho menos los puede cuidar sin ayuda extranjera. Si esa idea domina en la mente del gobierno americano es algo natural, especialmente si se refiere a un país vencido militarmente. Pero si México colabora en el reforzamiento de esa tesis, tampoco es para sentirse sorprendido: corresponde a la prolongada actitud de país vencido militarmente.

Por otra parte, la idea de un sistema infalible allá y corrupto acá es harto impreciso. El diario Reforma publicó ayer una nota interesante, gracias a la cual podemos ver cómo se las gastan los “duros” americanos:

“El colombiano Juan Diego Espinosa Ramírez, El Tigre, quien fuera considerado como uno de los enlaces más importantes del Cártel de Sinaloa con el Cártel del Norte del Valle, está a sólo tres años de recuperar su libertad, según información oficial de una Corte de Estados Unidos.

“Un juez federal de Florida condenó a la ex pareja sentimental de Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico, a seis años de prisión, de los que ya ha compurgado casi la mitad… El Tigre obtuvo su sentencia tras señalar a Sandra Ávila…”.

“…Espinosa tiene un proceso pendiente por delincuencia organizada y delitos contra la salud en el juzgado Décimo Octavo del DF, pero en la sentencia emitida en Miami no parece referencia ninguna a que será entregado a México tras cumplir su condena en aquel país”.

FFRENCH, 5 DE MAYO

Hace unos días Leonardo Ffrench (con doble “F”), quien fungió como consejero de prensa en la embajada de México en Estados Unidos, me envió algunas reflexiones en torno de la fiesta de los “latinos” el 5 de mayo en Estados Unidos. Esto es parte de sus reflexiones.

“Otra razón para que se festeje el 5 de mayo con mayor fervor en las regiones “hispanas” de EU que en México mismo es el hecho que, si el ejército francés hubiera ganado esa batalla, hay documentos que sugieren que se habría aliado a los Confederados en EU, a fin de, entre otros propósitos, recuperar Louisiana para Francia y detener el expansionismo y la penetración estadunidense en América Latina.

“Consecuentemente, según escribe el ilustre historiador del siglo XIX don Justo Sierra, la victoria mexicana el 5 de mayo sirvió no sólo para proteger la integridad territorial de lo que quedó de México, sino también, aunque involuntariamente, la de Estados Unidos”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

Deja una respuesta