Instituto Electoral del Estado de México

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Muy delgada resulta la frontera entre la farsa y la tragedia. Comedia y drama son rostros ineludibles del teatro y, si poco nos apresuramos, de la vida misma. Por eso la actitud del Partido Acción Nacional en relación con la (pequeña) consulta del domingo pasado, para escuchar la infalible voz divina del pueblo, ha resultado una mojiganga hilarante quizá contra la voluntad de sus promotores.

Por ejemplo, lea usted cómo defiende a la criatura el señor Javier Corral, delegado del Comité Ejecutivo Nacional panista en el Edomex (entre otras cosas). La llama con timbre de rimbombante elocuencia, proeza cívica y mandato popular.

Lo extraño en este caso es la divergencia institucional: pocas horas después del jolgorio excesivo para festejar una simple encuesta, el presidente del partido, Gustavo Madero, nos presenta al señor Luis Felipe Bravo Mena (en el PAN, Felipe 1°), como candidato no de una alianza, sino del Partido Acción Nacional.

¿Entonces la proeza (para decirlo en tono comedido) valió para untársela al queso? Al parecer sí, al asadero o al Chihuahua, muy buenos ambos para quesadillas y botanas.

Como de botana son estas palabras del ampuloso señor Corral:

“La gente en el Edomex sí tiene claro quién es el verdadero adversario, y lo ha manifestado en una proporción de cuatro a uno. Pero resulta que quienes eran los plebiscitarios de ayer prefieren hoy que una sola persona decida por todos. Eso los termina no sólo asemejando al método Peña Nieto, el ‘dedazo’, sino convirtiéndolos paradójicamente en sus apoyadores”.

Este párrafo merece un análisis un poco más detallado.

Primero, “la gente en el Edomex” no está contenida en los 250 mil o poco más de quienes acudieron a una consulta. Su proporción es ínfima en relación ya no digamos con los habitantes del estado, sino con los inscritos en el padrón, cuya cantidad excede los diez millones de ciudadanos. Esto se puede decir de dos formas: la consulta movió a 250 mil personas a la participación, pero dejó indiferentes a nueve millones setecientos mil más. ¿Reír o llorar?

Quienes acudieron a las papeletas de Rogelio Gómez Hermosillo no alcanzan ni para acercarlos a los “tuiteros” seguidores de Galilea Montijo. Por eso la expresión “en proporción de cuatro a uno” es justa apenas en el limitado universo de esa muestra.

Y cuando se habla de los “plebiscitarios de ayer”, se confunden una vez más las cosas (deliberada y tramposamente). Un plebiscito tiene alcances numéricos superiores y además vinculación jurídica de distinta naturaleza.

Eso lo sabe bien Corral, pero juega con los conceptos para dirimir con ellos su añeja disputa contra Andrés Manuel.

Quienes no actúan como él quiere —dice— y “prefieren hoy que una sola persona decida por todos”, se parecen a los militantes del PAN, quienes aceptaron en silencio una sola voz para entronizar a Felipe 1° y con eso dejar en pavesas las banderolas del éxito consultivo.

“Sería un despropósito político, y una enorme inconsecuencia democrática, no atender la voz de las urnas que, como en pocas circunstancias, configura los elementos genuinos de lo que se llama “mandato popular”, escribe inspirado don Javier.

Pues el despropósito político ya parece haberse consumado y también la inconsecuencia democrática. Tanto criticar al “dedazo” y terminar con un candidato designado también por la misma metodología, lo cual demuestra por otra parte una rancia fidelidad a los mandatos de la poesía épica.

Si no han seguido a Gómez Morín, sí demuestran su solidaridad con el vate González Bocanegra para escribir la historia del PAN con el “dedo de Dios”. Como Maradona, pues.

En ese sentido, resulta jocoso el esfuerzo de maroma verbal de Felipe 1° (Bravo Mena). Tras alabar casi con la misma rimbombancia la consulta (“inédita en nuestra historia”) se ofrece (modesto él) para encabezar la gran cruzada redentora en el Edomex.

Vea usted cuánta capacidad de sacrificio: “…Me declaro listo para encarnar este gran movimiento por la transformación política y social del Estado de México…”. Cosa buena. Tan preocupados como estábamos…

Pero el asunto acaba realmente de risa loca. Y aún no nos hemos metido con los desfiguros de la señora Cecilia Romero, cuyo caso ya parece hallar remedio.

José Luis Durán, quien lo crea usted no se la estaba tomando en serio, y Ulises Ramírez, quien encarecía su postura en el mercado de futuros, aceptaron el papel de entretener en medio de la pista mientras el jefe del circo empujaba en el cañón a su “hombre-bala”.

Fue algo tan cómico como el intento de salida airosa de Marcelo Ebrard, otro comediante a veces trágico, y su autodefensa de Alejandro Encinas en medio del sainete entre aliancismo o “pejismo”.

“Yo nunca he tenido otra opción ni he apoyado a otro candidato”, lo cual es cierto, pero una cosa es decírselo a él y otra, muy distinta, organizar un “destape” con Jesús Ortega, cuya afinidad con el panismo aliancista ya es cosa del pasado.

Total, un fiasco por todas partes.

HIDALGO

Sorprendente por su audacia y capacidad política, el acuerdo del gobernador electo de Hidalgo, quien toma posesión del cargo mañana por la mañana, y la ingeniera Xóchitl Gálvez, su antagonista en las disputadas e impugnadas elecciones de hace meses.

A pocas horas de iniciarse el gobierno, entregan a los ciudadanos una muestra de civilidad política y decoro.

Los tres rubros, cuyo contenido habremos de analizar posteriormente con el detalle necesario, son los siguientes: Transparencia y rendición de cuentas, desarrollo tecnológico, y aplicación de un sistema integral de educación bilingüe. Todo bajo estas líneas generales:

“Estando conscientes de la urgente necesidad que nuestro país logre acuerdos conjuntos para el beneficio de los ciudadanos, hemos decidido lograr un diálogo constructivo por el bien de nuestro estado, que nos permita impulsar una agenda conjunta que incluya las propuestas de campaña de la alianza Hidalgo nos Une, y del proyecto de gobierno que encabezará el licenciado José Francisco Olvera Ruiz.