Con el mayor sigilo posible el mensajero cruzó la plaza ensombrecida por la noche y deslizó por la puerta principal una carta. Un grueso legajo en varios folios, lacrado con el sello imperial de la Casa de Borbón.
La delincuencia inocente
Cuando uno mira a los intrusos con bidones de combustible y luego la llamarada y la humareda, uno siente el extraño privilegio de atestiguar un crimen, un delito (el incendio del «Baby’O») , a fin de cuentas, porque con amagos sometieron a un anciano velador cuya vigilia adormilada no reclamó mayor fuerza para someterlo.
“Baby’O”; escriturar Acapulco con fuego
Hace un par de noches, ese símbolo, el último de un Acapulco posible, alegre, disipado, festivo, dionisiaco y febril, fuera de las manos de la mafia político criminal de Guerrero, se disipó en el humo de un incendio criminal.
Escenas políticas; tres actos
1.- A la orden, señor presidente, dijo el secretario de Gobernación al responder el insistente sonido de la red federal telefónica.
La patria como escenografía
Los caballos y los uniformes falsos; las plumas tiesas, los fusiles de utilería y los verdaderos, las enaguas y las cueras de bailarines y danzantes folclóricos
La hora de los “ultras”
La extraña composición de Morena, comprensible en cuanto a movimiento y de más ardua comprensión si se trata del gobierno de un país diverso, es uno de los motores de todo este desconcierto nacional en cuyos ingredientes destacan la ausencia de oficio y la veleidad de conductas en el momento de ejercer funciones administrativas, al amparo de una idea peligrosa: todo cuanto se haga para fortalecer el ideario (de campaña) del presidente (en campaña), es legal.
La cabeza de Iturbide
En 1822 circulaba una moneda de ocho reales con la vera efigie del emperador Agustín 1º, a pesar de todo, misa en la Profesa incluida, consumador de la Independencia.
Los zopilotes en el discurso presidencial
El zopilote. Bella palabra nacional para nombrar al pequeño buitre, como nos dice el diccionario de mexicanismos: zopilote (Del náhuatl tzopilotl.) o sopilote. m. Clase de buitre (Cathartes atratus) [DRAE: aura, gallinaza].
Si hubieran vacunado a la Malinche…
Quien haya dicho sobre la interminable condición del proceso educativo estaba en lo cierto. Nunca acaba uno de aprender. En algunos casos–como el personal–, nunca es tarde para empezar a aprender.
No pudieron con las opositoras
No importa de quien haya sido la brillante idea, pero enviar al secretario de la Defensa, al de Marina y al de Gobernación para respaldar a Rosa Icela Rodríguez en su presentación ante el Senado, para analizar la política nacional de seguridad, fue un rotundo fracaso. Un ridículo.
La conciencia elástica y el aborto
Envuelto en todos los edulcorantes lingüísticos de la modernidad y la corrección política, el aborto (la muerte deliberada “in ventre” de un feto), se llama ahora “interrupción del embarazo”. Como si un sicario dijera, no lo maté, le interrumpí la vida.
La independencia inexistente
En uno de sus más memorables discursos (por ahistórico y manipulador), el señor presidente de la República quiso explicar, por qué los mexicanos conmemoramos con más fervor patrio el inicio del movimiento independentista y no su consumación.
La dicha inicua… de perder el tiempo
Con su melodiosa entonación andina la arquitecta Myriam Urzúa, directora general de (ándale), Gestión Integral de Riesgo y Protección. Civil de la Ciudad de México, nos dice oronda y satisfecha: la ciudad esta mejor protegida ante eventos sísmicos de alta intensidad (pues claro, los de nula intensidad no requieren protección), porque la capacidad (burocrática) de respuesta ante una catástrofe telúrica es de 20 minutos.
Manuel Mejido; la fiesta de los enanos
Desde hace muchos días Manuel Mejido estaba en la ruta inevitable de su deceso. Murió la madrugada del sábado 18 de septiembre y ante su muerte solamente puedo repetir lo tantas veces dicho antes: fue el mejor reportero de su generación, y quizá de muchas otras.
Fidel, Salinista; Diaz Canel, Obradorista
Ningún político mexicano ha tenido relaciones más profundas, con Fidel Castro y su Revolución, hasta de residencia en La Habana, como el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, el más neoliberal de todos los neoliberales de México; el “malo de malolandia”