Nos guste o no, todos somos rehenes de nuestro pasado.
Lo anterior nos ancla o nos exalta, nos convierte en héroes o en villanos; nos da o nos quita, nos define y nos exhibe, genera perdones o rencores, alegrías o sinsabores.
Hoy Josefina Vásquez Mota inicia una labor prolongada para liberarse de algunos hechos de su pasado de los cuales deberá desprenderse para estar un poco más cómoda y lograr lo único deseable cuando se ha vencido el valladar de la imposición dentro de su partido. Josefina ha ganado esta pelea y tiene mucho para seguir en la siguiente.
Sus adversarios no le supieron, como se dice en el boxeo, ni a melón. O como lo expresan los amantes del beisbol: no llegaron ni a segunda y en el caso de Santiago Creel, ni a primera.
Hoy, ante la displicencia “ninguneadora” ante un adversario serio y con posibilidades reales como Andrés Manuel, el candidato de las izquierdas le dice con toda claridad y calma: en el 2006 la señora ayudó a un fraude electoral.
“Yo respeto mucho a la señora, dijo, ya sé cómo es. La padecí… es como otros panistas de arriba, igual que los priístas, no hay mucha diferencia…
La señora ayudó en el fraude a Calderón utilizando los padrones, los programas sociales en la Secretaría que ella estaba para comprar votos de modo que ya sabemos de qué se trata. La respeto como mujer, como señora…”
Ante esas declaraciones uno debe reflexionar acerca de los motivos del olvido inicial para despreciar a AMLO como rival.
“La ganadora de la candidatura presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, aseguró que ahora el rival a vencer es el priista Enrique Peña Nieto quien representa “el autoritarismo, la corrupción del sistema y la impunidad”.
“La panista hizo como si Andrés Manuel López Obrador, abanderado presidencial de la izquierda, no existiera.
«Este no es el fin de una precampaña, este es el principio del camino a Los Pinos y a Palacio Nacional», afirmó en la sede nacional del PAN.
“A su vez el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, aseguró que el partido hará “historia” llevando a la primera mujer a Los Pinos”.
Ante esta declaración de Madero, quien con ella aumenta el interminable collar de perlas con el cual nos ha regalado, incurre en la simpleza de reducirlo todo a la condición femenina de su candidata. Es tan bobo esto como si uno de los otros partidos dijera, haremos historia por haber impedido la llegada de la primera mujer a Los Pinos.
En este sentido ya circula de manera intensa en México una pregunta asaz idiota: ¿está México preparado para ser gobernado por una mujer?
Quizá la cosa fuera menos mensa si se preguntaran los curiosos del género si se habla de esta mujer o de quién. Cuando se habla de la mujer como si se tratara de un ser extraño, ajeno a la humana condición, extraterrestre o venido de quién sabe dónde, me parece una falta de respeto.
Hace muchos años un burlón profesional vio a la reina Juliana de Holanda y se extrañó del grosor de sus pantorrillas. La señaló con grosería y les dijo a sus acompañantes, miren, parecen troncos.
La reina lo escuchó y furiosa le respondió al plebeyo irrespetuoso:
–Sí, pero estos troncos sostienen un reino”.
Yo no sé si la condición femenina es garantía de talento escondido.
Ignoro si las mujeres son geniales (todas) y no lo sabemos por (históricamente) haberlas limitado, constreñido y arrinconado en los cuneros, las cocinas y el bordado. Y eso cuando no se les ha limitado como en la condición religiosa a siervas del Señor y mientras él llega, pues meretrices de curas, obispos y algún benefactor urgido de alivio en la entrepierna.
La pregunta en todo caso debería ser si esta mujer está preparada para ser presidenta de la República. Yo digo sí. Sí lo está, sobre todo comparada con Vicente Fox y alguien de cuyo nombre no quiero acordarme, es un dechado de cualidades intelectuales. Y no digo más.
Por otra parte nadie gobierna por sí mismo. El talento de un político consiste en lograr de otros el trabajo con el cual él le dará la cara a sus gobernados.
Y si Josefina va a gobernar inevitablemente, en caso de llegar a donde quiere, con los cuadros del PAN ya conocidos, pues de nada le valdrá la promisoria (para algunos), condición femenina.
Seis años más de esto.