Instituto Electoral del Estado de México

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Si le reconociéramos validez testimonial a las filtraciones de “Wikileaks”, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama le podría preguntar al arranque de su entrevista con el jefe del Estado Mexicano, Felipe Calderón, ¿”con quién hablo”? Sabido es cómo el tema de los Derechos Humanos se ha convertido en una piedra en el zapato en las relaciones bilaterales entre ambos países. Las violaciones o el respeto a esta condición de la convivencia democrática es una muleta con la cual los americanos mandan la embestida del dócil torete mexicano en la plaza de su conveniencia.

Por eso los DH se han usado por todo y para todo, especialmente para frenar el ímpetu diplomático (no por diplomático menos infructuoso) de las delegaciones mexicanas, no importe quien las encabece, en el tema de la liberalidad en el comercio de las armas y sus nefastas consecuencias en cuanto a la inseguridad mexicana.

Para salir al paso de esta acusación ya los gringos “descubrieron” el origen del arma usada contra Jaime Zapata, su más novedoso héroe cuya historia no tarda en ingresar al catálogo de Marvel.

Con ese obvio recurso y el señuelo de una investigación (en un país donde las armas se adquieren en los supermercados nada se debe investigar) Obama podrá atenuar las quejas mexicanas en este sentido con un simple, ¡Ok!, man.

Pero en otro asunto las cosas no son tan simples.

La actitud del Presidente mexicano hacia la embajada de Estados Unidos ha cambiado mucho como consecuencia de los memoranda diplomáticos de filoso contenido, en los cuales se le muestra molesto, irritado, tanto como para expresar su molestia en declaraciones periodísticas donde se le advierte intolerante (con toda razón) hacia las exageradas apreciaciones de Carlos Pascual y Tony Garza.

Pero a fin de cuentas, como dicen los leguleyos, a la hora de la hora y frente a Obama será su palabra contra la de los embajadores imperiales. Y el presidente de Estados Unidos les creerá a ellos, sobre todo a Pascual, quien proviene de su designación.

En materia de Derechos Humanos, el presidente también ha sufrido cambios quizá difíciles de comprender para quienes desde el extranjero ignoran las peculiaridades de nuestro sistema, en el cual la mudanza de criterios (o de discursos, al menos) no guarda necesariamente relación con lo perdurable.

Por ejemplo. Refieren los custodios de “Wikileaks” (cable 09MEXICO2264):
“Aquel mediodía, fuera del guión y sin que mediara una pregunta específica, Calderón arremetió contra los sectores que denunciaban los atropellos a las garantías individuales en los que incurría el Ejército en sus operativos contra el crimen organizado:
“Ha habido un escrupuloso esfuerzo por proteger los derechos humanos. Y quienes señalen lo contrario, están obligados a probar un caso – ¡un solo caso!– en que no haya actuado la autoridad, en que se hayan violado los derechos, en que no hayan respondido las autoridades competentes para castigar a quienes hayan abusado de sus competencias legales”.
Poco tiempo después el Presidente mudó su apreciación sobre estos asuntos y endureció su actitud, no a favor del uso de la fuerza, sino en contra de su arbitraria y abusiva aplicación sin importar las circunstancias.
Esto dijo el 8 de febrero cuando la CNDH ya había hecho la triste contabilidad de las víctimas “colaterales”:
“…no existe justificación para que al cumplir con la obligación de garantizar la seguridad pública se violen los derechos humanos.
“En el Gobierno Federal somos los primeros en reconocer esta realidad, esta premisa fundamental como única fuente de autoridad, de credibilidad, de legitimidad y de fuerza moral para aplicar la ley, es precisamente hacerlo en el marco de la ley; es hacerlo en el marco de la protección de los derechos humanos.

“Y por eso también, en una circunstancia enormemente compleja, como es la de todos conocida, trabajamos para impulsar la protección y promoción de los derechos humanos en nuestras propias instituciones de seguridad, para que éstas puedan contar, precisamente, con instrumentos, con bases de conocimiento, con entrenamiento, incluso, que les permita, precisamente, el cumplimiento de su deber en un marco de respeto a los derechos humanos”.
TRAICIONES
En plena ebullición del hervidero incomprensible de los partidos opositores y las intervenciones foráneas, el gobernador Enrique Peña Nieto festejó ayer el aniversario 187 de la creación (erección le llaman los nostálgicos) del Estado de México y dijo algunas cosas interesantes, para consumo interno y externo.

“…debemos asumir este proceso con la madurez, seriedad y civilidad que distinguen a los mexiquenses… la pluralidad no debe ser confundida con división, a evitar una polarización que desborde el espacio natural de las pasiones políticas y se convierta en encono o, incluso, en enfrentamientos…

“…sólo a los ciudadanos mexiquenses les corresponde decidir…la elección es de los mexiquenses y para los mexiquenses… debemos abonar a la paz, a la tranquilidad y al respeto que merecen los ciudadanos…quien pretenda descalificar a las instituciones se descalifica a sí mismo… quien confunda la política con ataques personales, se pone en evidencia a sí mismo; quien despoje de contenidos a la democracia, traiciona su esencia”.

Como quien dice, no se vale mano negra… ni amarilla, ni azul.

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