Instituto Electoral del Estado de México

Calificada por él mismo como una decisión  precipitada, rápida; acelerada, la reunión de Enrique Peña con Donald Trump, cuando nadie veía más allá de la repugnancia y el oportunismo crítico, no es ya de ninguna manera, la traición la patria denunciada con notoria exageración por los más radicales o los más charlatanes, escoja usted.

Haberse reunido con un candidato a la presidencia de los Estados Unidos no fue, esencialmente un acto contra la patria. Se incurrió, desafortunadamente, en muchos errores de protocolo, oportunidad, atención, trato; pero de ninguna manera se traicionó a la Nación. No se firmaron los nuevos tratados de La Mesilla ni se trastocó el orden constitucional del país ni se rindieron las banderas ante el invasor.

Simplemente se sostuvo un encuentro oscilante entre la política y la diplomacia. Y si se trató de aclarar puntos, de explicar actitudes y establecer un mecanismo de diálogo con miras al posible futuro, las cosas dieron el resultado conveniente.

Hoy Enrique Peña lleva varias semanas de adelanto en la ruta de los encuentros directos con Donald Trump con quien hoy, casualmente todos los jefes de Estado del Mundo quieren hablar. Todos.

Hoy, mientras los teléfonos suenan de manera constante en las oficinas de Trump, los Estados Unidos nos muestran otro ejemplo claro de su esquizofrenia absoluta. Si bien el hoy candidato triunfante o presidente electo, en su momento condicionó la aceptación de los resultados a la proclamación de su triunfo, con lo cual escandalizó a las buenas conciencias con el ataque a las instituciones (casi como si las hubiera mandado al diablo), hoy son los demócratas quienes se inconforman no con  el proceso sino con el resultado.

Por miles han salido a las calles los seguidores de Clinton, para protestar por el triunfo. No alegan fraude, no condenan al sistema electoral y sus complejidades, no reniegan de la elección en sí misma, pero le niegan su validez como mecanismo de expresión democrática. Y eso es lo más antidemocrático del mundo.

–¿Protestar por el resultado de una elección limpia y válida? Eso es lo más estúpido imaginable. Hubieran protestado en la urna; ellos y a quienes ellos mismos hubieran podido persuadir, hubieran hecho política; organizado grupos de ciudadanos, comités, asociaciones. Pero –como bien dice Giuliani–, chillar ahora es vergonzoso por decir lo menos.

Pero de regreso a México. ¿Podrían hoy los incendiarios de la protesta nacional, quienes inventaron la patraña de un presidente traidor, insistir en la pifia política de haber hablado con Trump.

Quizá por eso el presidente Peña dijo en su momento, hay decisiones fuera de la comprensión de muchos, pero he actuado a favor del interés nacional. Algún día se comprenderán mejor los hechos, dijo también.

Recordemos:

(EFE).- El Presidente Enrique Peña Nieto aseguró que “llegará el momento” en que se entiendan las decisiones que ha tomado en su sexenio y que éstas se han hecho en función del futuro de México.

“En la inauguración del ecoparque en Zacatecas, el mandatario mexicano sostuvo que “las decisiones en el orden político a veces también están sujetas a enorme polémica, pero sólo las he tomado pensando en México y en el futuro que tendrá. Y quizá hoy no se terminen de entender, pero estoy seguro que llegará el momento que se comprenda el por qué de cada decisión tomada”.

“Reiteró además que es “el primero en asumir plenamente mi responsabilidad, soy quien asume las decisiones plenamente consciente del por qué y para qué las he tomado”.

“Este día (7 de septiembre), Luis Videgaray, hombre de confianza del presidente de México, Enrique Peña Nieto, dejó hoy la Secretaría de Hacienda en medio de una crisis generada por la visita del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ideada por él, pero repudiada por la mayoría”.

Un mes después las cosas ya se ven de otra manera.

¿Le perdonarán a Peña su decisión de reunirse con Trump o lo seguir calificando como un traidor por hacer antes cuanto los demás quieren hacer ahora?

Obviamente nadie le extenderá una frase de disculpa o comprensión. Imposible. Lo seguirán llamando traidor, aunque nunca lo haya sido.

ARCO IRIS

A media asta la bandera del Arco Iris con la cual el movimiento homosexual del mundo identifica su causa. Los matrimonios igualitarios fueron rechazados en la Cámara de Diputados, pero destaca de entre la negativa priista el voto de una mujer honorable y valiente: Ivonne Ortega.

No puedo votar contra la libertad de nadie, dijo. Y se arriesgó.

Esa iniciativa en su momento, causó la mayor cantidad de apoyos y aplausos jamás vista para el Presidente Peña. Y ni así se abrió paso en el Congreso. La presión de la iglesia fue más poderosa, sin importar el aparente respaldo del Nuncio Coppola o el segado “apoyo” del Papa.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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