Instituto Electoral del Estado de México

Precisamente cuando el gobierno egipcio quiere desviar su responsabilidad en la pifia de un ataque antiterrorista cuyas víctimas fueron los nada terroríficos turistas mexicanos cuya avidez espiritual los llevó a meditar a la sombra de la Esfinge, el instituto forense de la Universidad de Innsbruck envía el resultado de un rescate cuya contundencia confirma lo cierto de la verdad histórica, al menos en cuanto a la realidad terrible de los estudiantes secuestrados en Iguala.

La confirmación finalmente de la muerte de Jhosivani Guerrero de la Cruz. Con este ya son dos los decesos confirmados en la desaparición de los cadáveres en la hoguera inaceptable para ,muchos, creíble para otos. Pero el caso es definitivo: lo identificaron por un pedazo de hueso de dimensiones mínimas.

Este hallazgo y esta confirmación de la identidad de una persona a partir de las pruebas hechas por un laboratorio absolutamente imparcial y supuestamente con la mayor calidad técnica en cualquier parte del mundo para este tipo de determinaciones, nos viene a probar científicamente dos casos de los 43 investigados.

Con toda claridad se puede decir, esas dos personas no están vivas, sus restos están identificados; fueron incinerados y dispersados en donde la versión de la procuraduría dice, y la prueba forense contradice también el Grupo Interdisciplinario, cuya bandera es negar la incineración de los cuerpos.

Ahora no se sabe si todos los 43 fueron quemados hasta la ceniza ahí, pero por lo menos de esos dos, por esta evidencia incontestable, pues existe la seguridad de algo ya supuesto y declarado oficialmente.

Así había ocurrido, ocurrió de tal manera en efecto, dice la información oficial. Y también la no oficial. 

Eso viene a confirmar lo dicho por el padre Solalinde desde un principio, viene a confirmar las denuncias y confesiones por las cuales se llegó a esa conclusión, y viene a confirmar también algo útil hasta para los egipcios: en la lucha contra el delito mueren muchos inocentes, como mueren muchos inocentes en la lucha contra el terrorismo, entendido como el delito elevado a una potencia digamos doctrinaria, ideológica, con posiciones ultra porque finalmente detrás de todo terrorista hay un fanático de una causa política. 



Aquí no se trató de un crimen de Estado. Se trata de un asesinato masivo, de muchos secuestros, de robos de transportes, de uso de armas restringidas y de complicidad de autoridades locales. Todo eso. Y quizá más.

Pero la alusión del gobierno de El Caito además de burda es inadmisible.

En el medio oriente y toda la zona cercana a Egipto no necesitamos ir con demasiados ejemplos lejanos, los tenemos ahí pegaditos y ya sabemos cómo es el Estado Islámico, y ya sabemos cómo todo ocurre y ya sabemos cuál es el origen de este gobierno egipcio; es un gobierno surgido de la destitución de un régimen, no diré democráticamente elegido, pero sí electoralmente confirmado. 



Entonces aquel gobierno duró muy poco tiempo en el poder, fue toda esta ilusión inducida de la llamada Primavera Arabe, cuya razón no fue más sino un cuento interesado de los países con intereses en la región. Ni árabes ni países y ahora los vemos a las atinadas, cuando son capaces de bombardear cuando no deben, sin confirmar la identidad de los blancos a los cuales deben atacar.

Al gobierno mexicano no le queda otra: ir a pedir explicaciones, lo cual es algo muy conveniente, obtenerlas es algo un poco más difícil y darles una utilidad, imposible. Las explicaciones no resucitan a nadie.

El gobierno mexicano no va a obtener respuestas satisfactorias, posiblemente el gobierno de Egipto le ofrezca una verdad histórica y no sabemos si el gobierno mexicano aceptará la verdad histórica de aquellos. 

 No puede haber mayores represalias, no puede mayores consecuencias, Egipto queda demasiado lejos de nuestro país, no hay nada para presionar a los egipcios, excepto disuadir de sus viajes a los turistas mexicanos, lo cual pues tampoco les preocupa porque tienen Europa cruzando el Mediterráneo y ellos tienen una corriente turística importante de la cual diez o 15 mexicanos o 20 o cien por año, simplemente no les importan. 



DISTRITO FEDERAL

El humanitario programa de Armando Ahued para lograr visitas médicas a domicilio en esta ciudad tan inhóspita en algunas casos, ya se perfila como una ley de alcances nacionales. Lo dicho, Ahued es el mejor funcionario del gobierno de Miguel Ángel Mancera.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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