Instituto Electoral del Estado de México

La líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, Ceci Flores, por invitación de familias de desaparecidos en la CDMX, se dio a la tarea de indagar en un sitio del que fue informada, y descubrió en este lugar entre Iztapalapa y Tláhuac restos humanos, credenciales de mujeres y libretitas de niños

La impecable seguridad en la Ciudad de México que presume a los cuatro vientos la abanderada de Morena y aliados a la presidencia, Claudia Sheinbaum, que durante su gestión como Jefa de Gobierno se redujeron los delitos de alto impacto, se van por los suelos al quedar en evidencia que entre Iztapalapa y Tláhuac, donde se encuentra la zona de acción del Cártel de Tláhuac, fueron descubiertas fosas y un crematorio clandestinos donde aún se queman cuerpos que se buscan desaparecer.

El hallazgo no lo hizo ninguna autoridad de seguridad pública ni la fiscalía de la CDMX, ya que su interés por ahora es hacer ruido en favor de la delfín de López Obrador en campaña, presumiendo cifras menores que tratan de hacerlas gigantes, mientras que la seguridad ciudadana pasa a segundo término.

El descubrimiento de estas fosas y el crematorio del narco lo hizo la activista y líder del Colectivo de Madres Buscadoras de Sonora, Cecilia Flores, quien por invitación de familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos en la CDMX, emprendió durante dos días una incesante revisión de un sitio, a partir de informes proporcionados por personas que conocen el lugar y que pidieron el anonimato por seguridad.

La Madre Buscadora reveló a través de un video que publicó en sus redes sociales, que el hallazgo se registró en una zona de complicado acceso, en una barranca entre los límites de las alcaldías de Tláhuac e Iztapalapa, donde además encontraron credenciales de mujeres y libretas de menores.

«Encontramos un crematorio clandestino, al parecer desde hace mucho tiempo han estado cremando cuerpos en las inmediaciones de Iztapalapa y Tláhuac en Ciudad de México», dijo la activista en la grabación.

«Tenemos dos días trabajando en este lugar y encontramos restos humanos en fosas clandestinas, vamos avisar a las autoridades (…) me habían pedido madres buscadoras que viniera, y sí, hallamos un crematorio clandestino, y lo que hiere más, credenciales (del) INE de mujeres y libretitas de niños», resalta en la videograbación.

Ceci Flores subrayó que ahora «las autoridades vendrán, y seguro se reencontrarán muchas familias. Gracias a todos los que me dijeron donde podían haber restos y repito, no busco justicia, sólo que una madre sepa dónde arropar por última vez a su hijo; quiero llorar, este país no está bien».

Como suele ocurrir cuando civiles realizan el trabajo que corresponde a las autoridades, que por su incapacidad no saben qué hacer ni como realizar sus tareas, como en este caso, ahora la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), a cargo del encargado del Despacho Ulises Lara, busca colgarse algo de la tarea que logró Ceci Flores, por lo que como si hubiera sido mérito de la fiscalía, informó que ya abrió una investigación por noticia criminal.

Asimismo, la dependencia señaló que el Ministerio Público de la Fiscalía de Investigación y Búsqueda de Personas Desaparecidas (Fipede), de la coordinación general de investigación de Delitos de Alto Impacto, dio parte a expertos de Investigación Forense y Servicios Periciales para desplazarse al lugar en búsqueda de indicios en espera de los dictámenes correspondientes que determinarán mayores detalles de lo hallado.

Ceci Flores lleva años buscando a sus hijos Alejandro Guadalupe, desaparecido desde el 30 de octubre de 2015 en Los Mochis, en Sinaloa, y a Marco Antonio, desaparecido desde el 4 de mayo de 2019 en Bahía de Kino, Sonora, si que hasta el momento tenga noticias sobre su paradero, por lo que su tarea de búsqueda la ha convertido en una activista que no sólo ve por ella, sino por quien le pide ayuda, como en este caso en la CDMX.