Instituto Electoral del Estado de México

240110-4a

El Partido Verde Ecologista de México exige a las autoridades del GDF, de la Delegación Tláhuac y de la Secretaría de de Medio Ambiente local reordenar los 92 asentamientos humanos irregulares asentados en la zona, cerrar los basureros clandestinos y frenar la extracción ilegal de arena de los cerros de esa región porque están dañando uno de los pulmones naturales que tiene la capital de la República.

El diputado verde ecologista en la ALDF Norberto Solís Cruz denunció que la falta de acciones del delegado Rubén Escamilla Salinas y del propio gobierno central han ocasionado que uno de las pocas reservas ecológicas de la ciudad se vea amenazada por invasiones, tiro de cascajo y la tala inmoderada.

Tanto la representación parlamentaria en coordinación con la Subdirección de Estudios, Informes y Reportes del Ordenamiento Territorial, de la Procuraduría Ambiental acordaron exigir al jefe delegacional, a través de recomendaciones y de firmas de miles de habitantes de la demarcación tomar acciones enérgicas para controlar estos tres atentados contra la naturaleza en Tláhuac.

Es alarmante, insistió el diputado Solís Cruz, el daño a las tierras de cultivo de los jornaleros, ya que los residuos que se depositan al suelo dañan irremediablemente las cosechas, además de que los lixiviados que emanan por la descomposición de los desechos contaminan los mantos acuíferos que abastecen de agua a la Ciudad de México.

Un informe de la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT) indica que los predios más afectadas por estas practicas irregulares se encuentran en la Sierra de Santa Catarina, Ampliación la Conchita, San Francisco Tlaltenco y Santiago Zapotitlán.

De las 5 mil 674 hectáreas del área de conservación de Tláhuac tienden a desaparecer si antes no se toman las medidas correctas. Hoy existen 92 predios invadidos por organizaciones que son patrocinadas por las autoridades delegacionales, por el PRD y por el gobierno de la Ciudad.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona