Instituto Electoral del Estado de México

Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco y una figura de ese partido con estructura electoral de peso, Clemente Castañeda, el gran operador de Movimiento Ciudadano, están operando a favor de Xóchitl Gálvez desde hace dos semanas. En esto ya no hay regreso, así que el adormilado líder nacional de MC, Dante Delgado no encontrará nada que negociar después de vacaciones, cuando pretendía convencer a Alfaro de regresar a la táctica de convertirse en «la tercera opción» y evitar cualquier acercamiento a la Alianza Opositora.

Castañeda es, en gran medida, artífice de las convocatorias y organización que dió rumbo al apoyo de diversos senadores y organizaciones civiles que, apoyando a Gálvez, no producían ningún apoyo concreto. Ahora las reuniones masivas de Xóchitl en diferentes estados para conseguir firmas ha dejado atónitos a los morenistas, sobre todo porque lo desangelado de los acarreos de Sheinbaum y Adán sólo realzan más la capacidad organizativa de Clemente y su gente.

Hay un juego de tres bandas en esto, que terminó de convencer a los jaliscienses de Alfaro sobre la necesidad de abandonar la ruta aislacionista de Dante Delgado: por primera vez están en posibilidad de frenar el crecimiento del Grupo Vallarta morenista, un sector que tiende a ser preponderante en el partido del Presidente y cuyas ramificaciones más allá de la política preocupa al gobierno de Jalisco desde hace tiempo.

Ese es el otro gran factor que convenció a Alfaro de no seguir la ruta dantesca: «¿para qué queremos 10 por ciento de la votación si con eso no podemos evitar que se agraven problemas críticos como la salud o la seguridad pública en el país?», fue una de las dudas que surgió en el grupo alfarista.

De acuerdo a fuentes cercanas al gobierno alfarista, hace tres semanas, Castañeda hizo mancuerna con el grupo de Xóchitl para una primera operación conjunta y hoy en día el grupo de jaliscienses en el staff de la senadora es permanente.

Así las cosas, después de vacaciones no habrá nada que hablar si Dante, el viejo cacique veracruzano, que desea su partido medianito para sí mismo, no cede ante Alfaro.