Instituto Electoral del Estado de México

Comunidades tzotziles, tzeltales, tojolabales, mam, chol, cachique, reclaman al Gbierno Federal y estatal ponerse a trabajar y garantizar la seguridad de los ciudadanos que son víctimas del crimen organizado

Olvidados y dejados a su suerte en medio de amenazas, secuestros, asesinatos y extorsión por parte de grupos del crimen organizado, más de 4,000 indígenas, organizaciones sociales y defensores de los derechos humanos se manifestaron por las calles de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, para exigir al populista presidente Andrés Manuel López Obrador, no se haga de oídos sordos y cumpla con su trabajo de garantizar la paz y seguridad a la ciudadanía y no sólo estar en su sitio de confort en Palacio Nacional y ponga un alto a la violencia del narcotráfico en todo Chiapas, un estado sin ley.

“Por los grupos armados la gente ya no vive contenta, viven con incertidumbre y miedo”, denunciaron indígenas chol, entre ellos Jesús Gómez, quien dejó por unos días su hogar en la selva para sumarse a esta exigencia contra el Gobierno de la 4T y que el presidente cumpla con su trabajo y no solo esté con discursos vacíos.

“Que las autoridades municipales, estatales y federales hagan algo porque nosotros, como gente pobre, no podemos hacer nada, solamente las autoridades pueden hacer algo”, reclamó este indígena, quien denunció también el abandono por parte del gobernador Rutilio Escandón, quien sólo asiste a zonas urbanas y nunca se ha parado en las regiones de mayor marginación en la entidad.

Como este indígena, miles de chiapanecos más han expresado su indignación por la ausencia de autoridad en todo Chiapas, donde no hay ley ni gobierno, ya que el gobernador Rutilio Escandón es una porrista más que sólo busca levantar el ego de López Obrador, sin importarle que a los chiapanecos los tiene acorralados el narco.

RECLAMO CHIAPANECO

La manifestación efectuada el jueves fue convocada por la organización católica Pueblo Creyente y la Diócesis de San Cristóbal, misma que salió del sur y poniente de la ciudad de San Cristóbal con rumbo a la iglesia Catedral donde llevaron a cabo una jornada de oración para la construcción de la paz.

El contingente lo conformaron indígenas tzotziles, tzeltales, tojolabales, mam, chol, cachique, quienes al llamado de los caracoles y tambores avanzaron de forma pacífica por las calles.

Los manifestantes, en su mayoría mujeres, portaban banderines blancos y pancartas en las que se podía leer “Hermano del Crimen Organizado escucha la voz de Dios que dice no mates a tu hermano”, “Exigimos al gobierno alto al alcoholismo, alto a la delincuencia”.

Durante su caminata también se expresaron: “¿Que exigimos para San Cristóbal? !La paz si, si; violencia no, no!”, “¡Viva la libertad, viva Chiapas, viva la verdad”, “La verdad nos hará libres, las voces de paz de los pueblos de Chiapas son silenciadas por la violencia, las armas y la intimidación”.

La marcha finalizó con la organización católica leyendo un comunicado en el que denunció atropellos e injusticias que viven los pueblos indígenas y sus comunidades a manos del crimen organizado y la indiferencia y oídos sordos de las autoridades federales y estatales.

Por ello, su mensaje fue que las autoridades «simplemente hagan lo que les corresponde hacer, ellos se comprometieron con el pueblo a darnos paz y parece que fue todo lo contrario”, dijo Dardo Guillen, habitante de San Cristóbal.

DESPLAZADOS

Mientras que el obispo auxiliar, Luis Manuel López Alfaro, señaló que en algunas regiones de Chiapas «no existen condiciones para vivir, menos para realizar las elecciones federales, estatales y municipales, del 2 de junio, debido a la violencia».

«Hay regiones que están muy controladas y por los retenes no pueden salir y no pueden entrar, hay grupos que controlan a la gente, ¿cómo van a votar libremente, si no hay libertad ni para transitar ni para vivir, ni para caminar?”, cuestionó el prelado.

Señaló que en su lucha han pasado por las comunidades indígenas, a las que la delincuencia han obligado «a alinearse» o dejar su lugar de origen perdiendo todos sus derechos.

“A quienes han opuesto resistencia les han hecho la vida imposible, lo que ha traído dolor, sufrimiento, extorsiones, muerte, desaparecidos, comunidades desplazadas, sin libre tránsito y diezmadas», agregó.

De acuerdo con organizaciones, cerca de 20.000 personas se encuentran desplazadas forzadamente de unos 30 municipios indígenas de Chiapas debido a la violencia por grupos armados que buscan controlar estos territorios.

En los últimos años las comunidades indígenas de Chiapas han advertido un aumento en la violencia e inseguridad en el estado.