Instituto Electoral del Estado de México

Guillermina Gómora Ordóñez

Beneficiados por la partidocracia en México, los izquierdistas perdieron la brújula. La ambición por el poder y los recursos los llevaron primero a los mini-partidos y al interior de ellos las tribus. El menú incluye al Partido del Trabajo (PT), al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), antes Convergencia. ¿Realmente necesitamos los mexicanos a estos partidos de izquierda?

Baratos no salen. La burocracia que los opera cuesta al erario aproximadamente 500 millones de pesos al año. Si lo multiplicamos por 6 (sexenio) estamos hablando de 300 millones de pesos. Imagine los hospitales, escuelas, carreteras, etcétera, que se podrían construir y el beneficio para millones de ciudadanos. Sin embargo, hoy enfrentamos la amenaza del nacimiento de oootro partido de izquierda que llevaría como membrete Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), liderado por Andrés Manuel López Obrador.

Si consideramos que la izquierda debería ser una posición desde la cual se busca defender de manera integral los derechos humanos y sociales, pues nos encontramos que ninguno de los antes mencionados encaja en este concepto. En nuestro país operan como partidos de masas y no de agenda. A diferencia de lo que ocurre con la izquierda en Europa y Estados Unidos, donde su representatividad se sustenta en la protección a los grupos minoritarios: discapacitados, adultos mayores, obreros, mineros y estudiantes, entre otros, con una agenda de gobierno propositiva, no retórica, ni clientelar.

Si el IFE autoriza el registro de Morena, la izquierda mesiánica de AMLO, tendremos 8 partidos políticos qué mantener con nuestros impuestos. En el caso específico de los de izquierda, sería un disparate otorgarle la inscripción, cuando no existe o por lo menos no dio a conocer una agenda de representación de minorías. Surge al igual que sus pares en una orfandad doctrinaria que se traduce en una orfandad ideológica. No hay propuestas de gobierno, de administración pública que fomenten el estado de bienestar y justifiquen su presencia en el Congreso.

Su característica en las Cámaras de Diputados y de Senadores es el negacionismo. Estrategia que hasta ahora les ha funcionado para obtener prebendas de todo tipo, en lo particular, como bancada y como grupo político. Las iniciativas brillan por su ausencia al igual que el diálogo y la interlocución. Su papel de oposición lo reducen al simple “no pasará”, al obstáculo. Desperdician la oportunidad de ser un opositor real con una plataforma ideológica que impulse el cambio y que contribuya a lograr la justicia y bienestar social que tanto pregonan y exigen, pero que no construyen desde el Legislativo.

En otras latitudes, los partidos de izquierda denominados social-demócratas nacen y subsisten con una agenda clara en materia de justicia social. Con financiamientos privados. No sólo critican si la inflación sube, proponen medidas concretas para bajarla. En España, por ejemplo, el Partido Social Obrero ha sido gobierno, al igual que en Alemania o los demócratas en Estados Unidos, en Chile con Bachelet y recientemente en Francia el Partido Socialista ganó con Francois Hollande. ¿Por qué en México la izquierda no alcanza la Presidencia? ¿Por la mafia en el poder? ¡Pamplinas! La izquierda mexicana vive en una indefinición ideológica y funciona como un negocio familiar muy lucrativo.

Sólo basta mirar hacia sus dirigentes. En el PT, Alberto Anaya no suelta el control. En el Movimiento Ciudadano, Dante Delgado manda y, al igual que Anaya, le hacen al Porfirio Díaz y lo prestan a sus incondicionales para dar la imagen de demócratas. En el PRD, lo van rotando entre las tribus (hoy gobiernan los Chuchos) y por fin se liberaron del yugo de AMLO. ¿Cuánto ganan los líderes de estos partidos-familia, de prácticas caciquiles? Critican la partidocracia y son sus principales beneficiarios. Su conducta los evidencia en los hechos como negocios particulares. Tan inmorales y limitados como sus contrapartes políticas.

¿Quién es el teórico de la izquierda mexicana? No hay. Su indefinición ideológica provocó el distanciamiento de figuras como Ifigenia Martínez, Roberto Blancarte y Cuauhtémoc Cárdenas. Se han convertido en organizaciones diseñadas para la prebenda, a partir de las masas que mueven. No existe agenda temática que se integre a la discusión en el Congreso. ¿Para qué pienso, para qué propongo?, si por la vía de la presión obtengo alguna canonjía. Es más fácil y resulta más rentable tomar Reforma que elaborar una propuesta de reforma fiscal.

La burocratización de sus plataformas les resta seriedad. Les urge una profesionalización de sus cuadros. Critican al nuevo PRI y se comportan igual. Renunciaron a la formación de nuevos militantes. Sus mejores capitanes son exiliados, tránsfugas renegados de otros partidos, como Ricardo Monreal, ex priista, ex perredista y ahora representa al PT y como va, se irá a Morena. El perredismo sólo ha ganado 2 gubernaturas con izquierdistas de cepa: Amalia García (de triste recuerdo en Zacatecas por sus malos manejos del dinero) y Graco Ramírez que gobernará Morelos.

México requiere de una izquierda inteligente, propositiva, dispuesta a la interlocución, con visión global. Con una agenda nacional e internacional, vinculada a la sociedad civil, sobre todo a los grupos vulnerables. Con definición programática propia, afiliación y formación de cuadros, que interpreten y atiendan la realidad del país. La socialdemocracia sí gana presidencias, no rompe con la estructura capitalista y desarrolla acciones de beneficio social popular. ¿Los izquierdistas mexicanos se atreverán a romper con el caudillo y su sistema de tribus? El país es otro y exige una izquierda progresista, constructiva, moderna e informada.

Vericuentos

Todo queda en familia

Andrés Manuel López Beltrán, hijo de Andrés Manuel López Obrador, coordinará Morena –Movimiento de Regeneración Nacional– en Tabasco, y se encargará de las asambleas estatales para la conversión de esta asociación civil en partido político. En Chiapas, operará Morena Pío López Obrador, hermano del ex candidato, y en Yucatán la estructura estará a cargo de su otro consanguíneo, José Ramiro, quien fue presidente municipal de Macuspana, la tierra de AMLO. Ésta es la izquierda familiar.

Indiferencia

Se acabó la paciencia del Poder Legislativo, ante la indolencia del gobierno calderonista para realizar una reunión de arranque de legislatura, como es tradición. Los coordinadores del Senado y de Cámara de Diputados esperarán a que el Presidente electo, Enrique Peña Nieto, regrese de su viaje por Centroamérica y Latinoamérica para encontrarse en una comida informal. Los perredistas en el Senado han dicho que irán. Mientras, continúa el forcejeo entre los grupos parlamentarios para hacerse de las mejores comisiones, aquellas que tienen interlocución directa con el gobierno federal: Hacienda, Gobernación, Puntos Constitucionales, entre otras.

guillegomora@hotmail.com

1 thought on “Izquierdas a la carta”

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