Instituto Electoral del Estado de México

De muchas formas el Gran Premio de la Ciudad de México, (descrita ahora con el horrible CDMX), ha sido un éxito para el gobierno del Distrito Federal. La televisión puso la carrera en los ojos de 500 millones de personas y la “marca” capitalina fue vista y atendida por el mundo entero. La organización fue buena dentro y fuera del autódromo y todo fue alegría y felicidad.

Pero al parecer en esta ciudad tiene mala suerte los caballos, como veremos más adelante. La buena promoción del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, contrasta con una incómoda recomendación de la CNDH, por un asunto de equitación escultórica.

Comencemos por esto: en el autódromo hubo una más de las desgracias ecuestres del DF: los autos rojos con el caballito de Ferrari, quedaron en pésimas condiciones. Lea usted esto:

“(EOL).- Los pilotos de Ferrari, Kimi Räikkönen y Sebastian Vettel tuvieron un día gris en el Gran Premio de México, al verse obligados a abandonar la carrera tras sufrir percances.

“El finlandés Raikkonen fue el primero de la escudería italiana en abandonar la competencia, el segundo en general, esto después de sacar la peor parte en una pugna por la posición con su compatriota Valtteri Bottas de Williams.

“Ambos pilotos mantenían una batalla por la sexta posición y un intento de adelantar en la curva cinco cuando negociaban la vuelta, ocasionó el contacto, donde el de Ferrari acabó con la transmisión y sin posibilidades de mantenerse en la pista.

“Así se despidió Raikkonen de un Gran Premio en el que comenzó con el pie izquierdo, tras largar desde el fondo de la parrilla por una sanción acumulada de 35 puestos por diversos cambios en la unidad de potencia… Por otra parte, Vettel que en la primera vuelta tuvo un contacto que le ocasionó una rotura de neumático que provocó que entrara tempranamente a pits con lo que acabó todas sus posibilidades de podio o una victoria”.

Pero la recomendación de los defensores de los Derechos Humanos, ¿cómo tiene relación con los caballos; ya sean de Italia o de Tacuba?

Pues muy sencillo.

Como todos sabemos el gobierno anterior, promotor del uso de la bicicleta, vehículo de tracción humana sustituto histórico del solípedo sobre el cual se conquistó al mundo, abrasó (con abrasivos) la piel de la más bella escultura ecuestre del mundo (si la pátina del tiempo fuera la piel del bronce); la estatua ecuestre de Carlos IV a la cual los mexicanos, desde hace siglos llamamos simplemente “El caballito”.

La bienintencionada limpieza del monumento (quizá con buena intención pero sin razón, a fin de cuentas, pues no se necesitaba para nada, mucho menos para dejar a Carlos IV como si fuera una copia de Robin Williams) ha sido considerada un delito cultural; un atentado al patrimonio común de los mexicanos y un desatino quizá de naturaleza irreparable.

Por esa razón la CNDH ha expedido una recomendación al jefe de Gobierno, en la cual se insta a Mancera a proporcionar información del desaguisado e investigar, reparar el daño y dar a conocer cómo ocurrieron las cosas, y por supuesto sancionar a quien se deba de la manera ilegal más contundente posible. Por lo pronto ya inhabilitaron a Inti Muñoz, lo cual no significa absolutamente nada de nada. Veamos:

“(Crónica).- La Contraloría General del Distrito Federal inhabilitó por tres meses a Inti Muñoz, ex director del Fideicomiso del Centro Histórico, para ocupar un cargo público, a dos años de la pifia en los trabajos de restauración de la escultura de El Caballito”. Como vemos esos tres meses de veto son una real mamila.

Sin embargo el mismo fideicomiso y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes firmaron un convenio por medio del cual aquel le dará al CONACULTA seis millones de pesos, y el consejo aportará sus capacidades de coordinación técnica y científica, para dejar el monumento en condiciones recobradas.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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