Instituto Electoral del Estado de México

Por: Guillermina Gómora Ordoñez

El país registra un nuevo mapa político, la jornada electoral de este 7 junio concluyó con un claro mensaje a los partidos: dejaron de ser atractivos para los ciudadanos. Los candidatos independientes se convirtieron en la gran sorpresa de los comicios intermedios en México.

Por primera vez un candidato ciudadano ganó una gubernatura, Jaime Rodríguez, El Bronco, abrió así la puerta hacia el 2018, como lo anticipamos en este espacio http://bit.ly/1GmGfss, la “broncomanía” se impuso a la partidocracia y libró todos los obstáculos colocados desde el INE y por sus contrincantes.

La batalla por la alternancia que inició en 1989, cuando Ernesto Ruffo Appel, ganó para el PAN, el gobierno de Baja California, fue retomada por aspirantes ciudadanos en diferentes estados donde algunos consiguieron virtualmente el triunfo: Manuel Clouthier Carrillo, candidato a Diputado Federal por Culiacán, Sinaloa; José Alberto Méndez Pérez, candidato a la Alcaldía de Comonfort, Guanajuato; Alfonso Martínez, candidato a la presidencia municipal de Morelia; y Pedro Kumamoto, joven estudiante del ITESO en Jalisco, candidato a diputado local.

El pasado 7 de junio participaron cerca de 120 candidatos independientes a diversos cargos de elección popular, quienes buscaban ser alcaldes, jefes delegacionales, 22 diputados locales y sólo dos para contender por una gubernatura: Nuevo León y Campeche.

No hay marcha atrás y así lo aceptó César Camacho, dirigente nacional del PRI, al afirmar con madurez: “Nuevo León es una derrota para los partidos, no fuimos lo suficientemente atractivos para ganar adeptos… Los partidos y los políticos le quedamos a deber a la ciudadanía y más nos vale que reaccionemos bien y pronto, sino queremos ser desplazados de la escena”.

En efecto, la clase política, partidos e instituciones deben abrirse a las candidaturas ciudadanas o los van a atropellar en las próximas elecciones. No le vendría mal al Instituto Nacional Electoral revisar las reglas de participación que algunos integrantes de esta contienda calificaron de: “Burocráticamente perversas”.

La primavera mexicana llegó, la gente tomó conciencia del poder de su voto y lo ejerció libremente, se negó a ser rehén de los partidos, los anarquistas y los anulistas. A diferencia de 2009, las anteriores intermedias, ahora acudieron más mexicanos a las urnas ubicando su participación en 48% tres puntos más que la pasada.

Resultados que favorecen al gobierno de Enrique Peña, pues lo coloca como el primer presidente que desde la alternancia gana la intermedia y producto de la reforma electoral impulsada en su administración, sienta el precedente del triunfo de los candidatos independientes.

Pero a quienes no les sentó la primavera democrática fue a la izquierda mexicana, donde sus diferencias pulverizaron los triunfos de los cuatro partidos que la representan, colocándola como la tercera fuerza política en la Cámara de Diputados y obligándola a realizar alianzas con el PRI y el PAN en la próxima legislatura de la Asamblea Legislativa.

Posición que disgustó al presidente nacional del PRD, Carlos Navarrete, quien reconoció que la división siempre da malos resultados y calificó de “letal para la izquierda” al advertir que “No es un problema de animadversión entre dirigentes, sino un problema de responsabilidad para escuchar a nuestros electores… y sí no somos capaces de escuchar a los electores estamos perdidos”, dijo .

Análisis muy diferente fue el que realizó el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, al afirmar que “ganó la democracia en la ciudad de México por varias razones: por tener una jornada limpia sin incidentes”, porque su gobierno “no va a regatear ningún triunfo” y celebra todos y cada uno de los que así se dieron, “porque esto ha sido la decisión de la ciudadanía”.

Mancera no incurrió en lamentaciones o culpas a terceros, porque el PRD sólo retuvo 6 de las 14 delegaciones que gobernaba, por el contrario, aseguró que la jornada electoral fue muestra de su compromiso personal de garantizar piso parejo para todos los competidores y evitar “dimes y diretes”.

Respecto a la conformación de la Asamblea, donde todo indica que el PRD y Morena estarán a la cabeza por partes iguales, el Jefe de Gobierno convocó a los actores políticos de las izquierdas, que han reconocido que tienen una división, a trabajar por el bien de la gente y confió en que no habrá dificultades con Morena, ni con ninguna otra fuerza política, pues todos deberán desenvolverse en pro de la gobernabilidad

Compromiso que sin duda lo obliga a replantear su estrategia y en consecuencia a realizar cambios en su gabinete como lo hemos adelantado. No pierda de vista las secretarías de Movilidad, Educación y Desarrollo Social.

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