Instituto Electoral del Estado de México

Muchas cosas han vuelto a la escena nacional con el retorno del PRI. Algunas de ellas buenas; otras no tanto. Y una de estas, indudablemente es la innecesaria exaltación de los méritos presidenciales.

Durante años los ciudadanos y buena parte de la opinión pública soportamos con estoicismo la cantaleta fracasada de los panistas quienes en cada ocasión posible (ellos hacían posibles todas las ocasiones) alababan en tonos de gesta y heroicidad el valor presidencial por haber desatado la lucha contra el narcotráfico.

–Presidente valiente, le decían al señor Calderón.

Obviamente era una ridícula exageración. Ni fue Felipe Calderón un aguerrido combatiente ni arriesgó un instante su seguridad –así haya inventado un supuesto sabotaje aéreo–, ni nada por el estilo. Como jefe de 300 mil soldados y protegido de los tres mil elementos del Estado Mayor Presidencial, cualquiera presume de valentón.

Pero ahora algunos priístas han trasladado esa actitud a la figura del presidente Enrique Peña a quien además de otras cualidades, le comienzan a achacar su “valentía” por haber cambiado (o intentar hacerlo) la estrategia de lucha en el combate a la delincuencia y la búsqueda de seguridad.

Vea usted la capacidad de lagoteo de Lorena Martínez, de Aguascalientes, (una brillante alcalde por otra parte) demostrada durante la reunión de seguridad de la semana concluida.

“Felicito al Presidente Enrique Peña Nieto por haber tomado la valiente decisión de reencauzar la estrategia nacional de Seguridad que se ha venido siguiendo en los últimos años. Por romper el paradigma de la seguridad pública y transitar al de la seguridad ciudadana. Esto es poner en el centro de la estrategia a las y los ciudadanos de México, especialmente a los jóvenes.

“Lo felicito, también, por comprender con esa sensibilidad que le caracteriza, que la prevención social es el principal instrumento para construir comunidades más cohesionadas y seguras, en donde el desarrollo de cada persona y el respeto de sus derechos humanos es lo fundamental.

“Nuestra experiencia en Aguascalientes, nos ha convencido de que la prevención social es el camino adecuado”.

Cuando la oratoria política se atasca en elogiar “la sensibilidad que le caracteriza”; las cosas comienzan a ir mal.

–¿No hemos aprendido?

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Esta columna se ha cansado de mostrar una y otra vez los dislates y falsedades de los medios extranjeros, especialmente en su incomprensiva capacidad de analizar los asuntos mexicanos, cuando no la sumisión a sus gobiernos, especialmente en el caso de la “Gran prensa americana”.

Hace poco nos referíamos al ridículo de quienes alimentaron a “The Guardian”, de Londres con “voladas y truculencias” en torno de la campaña presidencial y no fue sino hasta la enmendadura del propio periódico cuando nos dimos cuenta de cómo es fácil embarcar a los “grandes periodistas del mundo”, con información exagerada, imprecisa o inventada.

En afán de insistir en la veracidad de los textos de “The Guardian” (cosa para ese diario ya superada) los promotores mexicanos de la publicación foránea, como respaldo de sus campañas político-periodísticas locales, los reporteros mexicanos niegan la validez del comunicado conjunto de “The Guardian” y Televisa. No es un desmentido; es un arreglo para no perder una demanda en tribunales.
Pues si la razón les hubiera asistido no podrían perder demanda alguna y menos en tribunales ingleses.

El colmo de todo es cuando los filtradores quedan en evidencia gracias su vehemente defensa de la derrota jurídica, y dicen sobre del dudoso mérito de publicar falsedades: “…otra ventaja que tenemos en México es que aquí existe mucho mayor margen que en Inglaterra respecto de las crítica permitidas para funcionarios públicos y medios de comunicación. Aquel país es tristemente célebre por sus estrictas leyes en materia de difamación y calumnia…”

No deja de ser extraño. Un integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (al cual J.A. llegó sin ser siquiera abogado) en abierta queja por el respeto a la ley en “aquel país”.

Ya queda para otra clase de discusión si el régimen jurídico de la Gran Bretaña ha llevado a esa nación a la imaginaria condición de celebridad triste o simplemente estamos ante un caso de aprendizaje de las lecciones del maestro Vicente Fox quien presumía durante su mandato presidencial: en México calumniar es legal. Síganle…

Y como cereza en el pastel el segundo desmentido al “New York Times” y su “volada” sobre la designación del general Cienfuegos como secretario de la Defensa Nacional tras el veto americano contra Moisés García Ochoa. Primero fue el gobierno mexicano, luego, los propios aludidos en las juntas misteriosas de cabildeo excesivo y ahora
–según lo publicado ayer– el gobierno estadunidense.

“La Embajada de Estados Unidos en México rechazó que su titular, Anthony Wayne, haya ejercido cualquier tipo de presión al Gobierno federal para impedir que el General Moisés García Ochoa fuera Secretario de la Defensa, como lo reveló el “New York Times”.

Obviamente la suspicacia ordena decir, ¡claro!, siempre lo van a negar. Pero si unos niegan y el periódico no puede probar, pues el periódico se exhibe. Con relativa seguridad las cosas pudieron ser de ese modo, pero si no se tienen los pelos de la burra, no se puede hablar del pelaje del jumento. Es la diferencia entre lo posible y lo probable.

NACIÓN MIXTECA

A simple vista la casa es una más en la calle Pitágoras de la colonia Narvarte. Ventanas de clase media, un portón sencillo.

Pero si uno logra entrar un domingo por la mañana verá una asamblea positivamente subversiva. Decenas de jóvenes venidos desde Oaxaca para recorrer la ciudad, dialogar, conocer, discutir y hacer algo poco frecuente en este país: política.

..¿Subversivos?

–En un sentido positivo, claro. Quieren subvertir, transformar, cambiar las condiciones de vida de México, estudiar, poner arriba a los de abajo con las solas herramientas del progreso y el trabajo comunitario.

Y los domingos, bajo la mano sabia de Heladio Ramírez, escuchan conferencias sobre temas diversos.

El ex gobernador de Oaxaca quiere hacer una verdadera generación de líderes, de jóvenes con inquietud, con perspectiva, con responsabilidad social.

Los demás días de la semana en esa casa opera de otro modo la “Fundación Ayú”, la cual tiene una función primordial: acabar con la pobreza en la mixteca oaxaqueña.

Labor imposible, diría cualquiera: La pobreza en Oaxaca se acabará cuando los cielos ya no sean azules ni la tierra seca, ni el agua escasa y comiencen a hablar las iguanas. Pero en algunos casos, las iguanas hablan y se quejan. Y los pájaros explican las leyendas y la tierra seca se moja.

Pero de los afanes de la fundación, dirigida por Narcedalia Ramírez, no se quedan en las palabras anteriores. Eso es apenas una parte. Lo otro es mucho más notable y sorprendente y se inscribe con facilidad –si alguien desde el gobierno federal tuviera ojos para verlo –, en los proyectos básicos de esta administración: reorientar el gasto social de la dádiva al fomento y luchar contra el hambre, consecuencia y a veces factor de la pobreza y la injusta cadena de la mala vida, especialmente en las comunidades rurales donde más castigan el aislamiento el abandono y la incuria.

Por eso el jueves uno debería ir a esa simple casita de la colonia del Valle. Ese día será presentado un libro fundamental para comprender los nuevos enfoques de una política de fomento, de sustentabilidad. De rescate, si se la quisiera llamar así. O de aprovechamiento de las capacidades sociales. Todo un despertar.

“La pobreza y el minifundio –explica la fundación—son los azotes seculares del campo mexicano. Es el caso de la Nación Mixteca repartida hoy en jurisdicción administrativa de 3 estados: Oaxaca, Guerrero y Puebla y caracterizada como una de las regiones de más alta y muy alta marginación (en el país)…”

Esa es la temática del libro y en él se narran los afanes de la fundación y su “brazo operativo”, el Instituto para el Desarrollo de la Mixteca quienes se proponen –y en el libro se da cuenta cómo–, abatir la pobreza, dinamizar la economía minifundista y construir una nueva realidad.

“Este esfuerzo colectivo –dicen—no es un simple ensayo más impulsado por la caridad, la solidaridad y los buenos deseos, es una iniciativa y obra de los mismos mixtecos que tiene profundas motivaciones y objetivos reivindicatorios, y se sustenta en una sólida ideología participativa, que es la filosofía de esta organización no gubernamental”.

La obra de Narcedalia (la escrita, la del libro en presentación, pues la suya es la fundación) –“Ayú lucha contra la pobreza en la nación Mixteca”–, será comentada por el doctor Modesto Seara Vásquez; Diego Valadez, Luis de la Calle y Alfonso Cebreros.

Vale la pena.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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