Empeñado en superar sus errores con fallas más grandes cada vez, el gobierno se equivoca frente al autoindulgente espejo de su vanidad y su soberbia.
Terminemos de una vez con el pasado
La cruzada emprendida por las mentes más lúcidas de la Cuarta Transformación, incluidos Marx y Salamerón, me parece tan importante, significativa y liberadora de las cadenas del colonialismo mental; ruptura indispensable para lograr la convocada revolución de las conciencias a la cual hemos sido todos llamados, como para no dejarla inconclusa.
Los desatinos diplomáticos, a la orden
A estas alturas algo ya nos debería haber quedado muy claro: el gobierno de México no mira más allá de su ombligo. Y como su zona umbilical no importa, pues lo demás tampoco.
Cincuenta años no es nada
No importa si el tango dice 20 años. En este caso medio siglo no es nada, sobre todo cuando veo la portada del diario donde hace diez lustros escribí un par de crónicas “in situ” sobre Avándaro.
Horas infortunadas en el país de la desgracia
Al parecer ya olvidamos cómo morían los niños en un hospital también del IMSS, por oxígeno contaminado en Chiapas hace algunos años.
El fin justifica la moralidad
Todos hemos escuchado, quizá hasta la saciedad, esa síntesis del pensamiento de Nicolá Maquiavelo, pensador citable, sobre todo por quienes nunca lo han leído: el fin justifica los medios. Pero eso era antes. Ahora la IV-T nos ha regalado otra versión de eso mismo
Acción Nacional, la estulticia como ideología
La reciente conducta del Partido Acción Nacional, cuya estulticia manifiesta y sin respuesta por parte de su medrosa dirigencia no es un crimen sino algo peor: una estupidez –pendejada se diría en el Veracruz de Rementería–
El hilarante indigenismo estatuario
La infamante historia del colonialismo hispánico en América, con sus abusos en contra de los pueblos indígenas –esclavitud, explotación, encomienda, catequización forzada, despojo, subordinación, discriminación y más— ha encontrado en el inmenso talento del gobierno de la ciudad de México– una definitiva solución reparadora: la guerra de las estatuas.
Los grados de la inmoralidad
-Nos invitaban a los líderes de los sindicatos a la fiesta de cumpleaños del Gran Líder y a la puerta de la casa, de su casa, debíamos entregar nuestro boleto de entrada: un Centenario.
¿Revocación, confirmación o propaganda?
La tesis político propagandística planteada por el actual presidente de la República desde su tiempo como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal tiene un alto componente romántico y sentimental:
Las mentiras de la semana engordan
Dueño de la verdad, si la verdad se lograra por decreto o por las instrucciones enrevesadas del jefe máximo, el vocero presidencial y coordinador de (in) Comunicación Social de la Presidencia de la República, pastor de los yutuberos sembradores de cucurbitáceas escondidas y los reventados del ejercicio profesional; el gran señor de todas las moléculas, Jesús Ramírez Cuevas, logró ayer algo verdaderamente: superar sus propios ridículos.
…Y los búfalos se despertaron
Hace diez días nadie lo habría perseguido, con ese ahínco convenienciero, lambiscón y acomodaticio de la tarde de ayer. Es más, hace una semana pocos lo habría reconocido, con su cabeza cana, su nariz firme y aquilina, su mirada vivaz, excepto quizá dos o tres observadores de la vida política, quienes habrían dicho con cierta indiferencia, sí es el gobernador de Tabasco, amigo y paisano del presidente.
Los talibanes de Morena
México, precursor en estas cosas, ya había iniciado un periodo talibán en el gobierno: Martí Batres fue designado el quince de julio secretario de Gobierno de la ciudad de México, y ayer exhibió, con la fuerza de la macana, la profundidad de sus métodos políticos.
Se les acabó el día de campo
A pesar de los amagos y baladronadas de Ignacio Mier (da miedo), el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), se estrelló contra la pared y la legalidad: no logró el agandalle de la presidencia en la Junta de Coordinación Política de San Lázaro.
La inmovilidad, el gran enemigo
Resulta altamente preocupante la molicie de los servicios de inteligencia en este país. No pudieron prever el insólito bloqueo del convoy presidencial en Chiapas, donde –paradójicamente–, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador iría a un cuartel militar a ofrecer una de sus habituales conferencias de la mañana.