Instituto Electoral del Estado de México

Termina el Título 42 del código de salud de Estados Unidos que ordenaba la expulsión inmediata de migrantes indocumentados, lo que presagia que la crisis se agravará y frente a esta pesadilla la administración de López Obrador no tiene ningún plan más que seguir la orden desde Washington

A partir del primer minuto del 12 de mayo termina el Título 42 del código de salud de Estados Unidos que ordena la expulsión “fast track” de migrantes indocumentados que entraran al país y ante el riesgo que representaba la pandemia de Covid-19, cuya emergencia ya fue levantada por el gobierno de Joe Biden. La medida, según estimaciones de organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes desatará una ola de deportaciones desde el primer día y confirmará a México como el Patio trasero de EU ante esta crisis que se agrava, y de la que el gobierno de la 4T no tiene planes más que seguir las órdenes desde Washington, como el de hacer el trabajo sucio como hasta ahora y seguir con el envío de tropas a la frontera entre Chiapas y Guatemala para frenar el éxodo migrante. En la frontera norte ya se vive una pesadilla, con albergues sobresaturados a lo largo los límites entre ambos países y donde más de 600 mil almas aguradan esperanzadas en poder cruzar en busca del “sueño americano”

“Vamos a ofrecer empleo, trabajo a migrantes centroamericanos, ése es un plan que tenemos, el que quiera trabajar en nuestro país va a tener apoyo, una visa de trabajo”, fueron las palabras que en octubre de 2018 pronunció el populista presidente Andrés Manuel López Obrador ya como presidente electo. Han pasado cuatro años de aquel discurso hueco que no ha encontrado realidad, toda vez que no hay registros claros que sustenten la entrega real de visas de trabajo a migrantes que transitaban rumbo a la frontera norte, y tampoco se ha dado la protección y auxilio que necesitan en su travesía para alcanzar el “sueño americano”.

Guardia Nacional en la frontera sur

El 2 de julio de 2018 y a cinco meses para que asumiera la presidencia, López Obrador presumió que su administración aplicaría un plan de desarrollo regional para evitar la migración, y que quienes quisieran salir del país «que lo hagan por gusto y no por necesidad”.

Aquel momento en el que ya se sentía cerca de la silla presidencial, el entonces mandatario electo prometió cosas en apoyo a los migrantes, no sólo de Centroamérica o del continente, sino para todos los que quisieran llegar a México y trabajar.

Frontera norte

A todos les prometió puertas abiertas, visas de trabajo y trato fraterno, pero la realidad es otra, ya que el gobierno de la 4T tras amagos del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump obligó a la Federación a realizar el trabajo sucio y enviar tropas del Ejército y la Guardia Nacional a la frontera entre Chiapas y la vecina Guatemala, para frenar las mareas humanas de migrantes que anunciaban más caravanas para llegar a la frontera con EU.

Evade responsabilidades

López Obrador ha responsabilizado a gobiernos federales pasados de las fallas de su administración, y ha minimizado que ciudadanos mexicanos han emprendido también la aventura de buscar un mejor nivel de vida en el vecino país, dadas las pocas oportunidades de tener un empleo bien remunerado.

La actual crisis migratoria y el sometimiento de México ante EU tiene su antecedente reciente en lo vivido en junio de 2019, cuando Donald Trump vía Twitter amenazó a López Obrador con imponer aranceles a productos mexicanos si México no detenía de inmediato la ola migrante, principalmente de centroamericanos (El Salvador, Honduras y Guatemala) que tocaba la puerta de la frontera.

Esta amenaza caló en el orgullo de López Obrador quien sin tardanza envió al Canciller Marcelo Ebrard a Washington para calmar la furia del magnate neoyorquino. En esa visita relámpago, el secretario de Exteriores logró dos concesiones que siguen vigentes. La primera, el compromiso de controlar la ola migrante, por lo que se envió un contingente de la Guardia Nacional para hacer este trabajo sucio; y la segunda, que todos los solicitantes de asilo en EU debían esperar en México el tiempo que fuera necesario mientras los tribunales resolvían su trámite de aceptación o rechazo.

Pudo más la amenaza

El amago de Trump no sólo puso contra la pared al gobierno de la 4T, sino que confirmó que México sigue siendo el patio trasero del vecino país.

Ahora ante el fin del Título 42 en EU, desde Washington se advirtió que de ninguna manera abrirá la frontera a los migrantes, por lo que la capacidad del gobierno cuatroteísta para resolver esta crisis estará rebasada al no existir un sistema de ayuda migratoria, no tener oficinas de asistencia de ayuda humanitaria y de salud ni albergues para dar cabida a los más de 650 mil personas agolpadas en la frontera norte.

Habrá que esperar que pasará en las primeras horas después que se levante el Titulo 42 y que pasará con los más de 3,000 migrantes detenidos en suelo estadounidense y si el gobierno de la 4T cumplirá su promesa de ayuda o todo quedará como muchos discrsos, en solo promesas.