Instituto Electoral del Estado de México

Al populista mandatario se le olvida que quien está en campaña es Claudia Sheinbaum y no él, pero su actuar revela que la abanderada de la 4T carece de la chispa y el carisma para levantar al electorado

¡Plan con maña!, así se puede calificar el oportunismo que aplicó el populista presidente Andrés Manuel López Obrador este 5 de febrero en su talk show vespertino en Palacio Nacional, donde presentó un paquete con 20 reformas a la Constitución, varias de ellas que no pasarían y otras que lanzó por no tener otras opciones para cubrir la cuota, pero el mandatario, ansioso de seguir con los reflectores cual galán de telenovela, reconoció este martes que esta lista la lanzó aprovechando que se vienen las elecciones, lo que es una violación electoral, dado que está haciendo campaña en favor de Claudia Sheinbaum, quien carece de chispa y estrella para levantar al electorado y a quien le tienen que hacer el trabajo de proselitismo para que no se apague su presencia entre los potenciales votantes.

“(Se presentaron las 20 reformas) porque hasta ahora se dieron las condiciones y además porque vienen las elecciones y el pueblo va a decidir”, dijo el populista López Obrador, sin darse cuenta que está anunciando que él tiene que hacer el trabajo que le corresponde a Sheinbaum, que se ha convertido en un repítelo todo del mandatario y quien seguramente ahora que arranquen las campañas en marzo próximo ya tendrá en su guion esta lista de 20 reformas para citarlas como letanía.

EN CAMPAÑA

López Obrador aseveró este martes durante su espectáculo matutino, que una elección no es nada más para ver qué candidato, partido, alianza o coalición gana, “una elección es también para definir un proyecto de nación”. Sin embargo, al mandatario se le olvida que quien está en campaña es Claudia Sheinbaum, no él, por lo que está poniendo en evidencia que sin su discurso e intervención su delfín no despega, pues no tiene proyectos propios y se ha limitado a dar mensajes con las órdenes del patrón.

A decir del populista mandatario, el paquete de 20 reformas contiene 18 constitucionales y dos legales con los que busca, según él, eliminar una serie de «artículos antipopulares», «devolver la grandeza» a la Carta Magna y protegerla de los «reaccionarios», pero se le olvidó apuntar que los cambios llevan un mensaje: que busca control absoluto para no tener trabas en sus acciones anticonstitucionales que en más de una ocasión han sido rebotadas por legisladores y por ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), de ahí su enfado y críticas hacia quienes no se apegan a sus órdenes y caprichos.

MANIPULACIÓN

Entre las principales propuestas destaca una reforma electoral, con la que busca limitar los gastos de las campañas y de los partidos, y la eliminación de los legisladores plurinominales (de representación proporcional), con lo que se reduciría la Cámara a 300 diputados de los 500 actuales.

Asimismo, también incluyó una reforma del Poder Judicial para reducir de 11 a 9 los ministros de la Suprema Corte, que además deberán ganar su puesto por elección popular (lo que es un disparate y revela el total desconocimiento del mandatario sobre ciertos temas).

También una relacionada con el sistema de pensiones con la que se pretende que los mexicanos se jubilen con el 100 % del último salario que perciben.

CRÍTICAS DESGASTADAS

López Obrador, quien sigue viviendo del pasado en lugar de ver hacia el futuro recurrió nuevamente a una crítica ya desgastada contra los pasados gobiernos federales y recriminó que administraciones pasadas avalaran reformas que no fueron más que «adulteraciones» que “jamás” tuvieron como finalidad beneficiar al pueblo, sino “ajustar el marco legal para facilitar el despojo, la corrupción y la entrega de bienes de la nación a una minoría”.

“Nunca en los 36 años de dominio oligárquico se reformó la Constitución para procurar la justicia, no hay nada que lo demuestre, todo tuvo como distintivo el afán de lucro y el desprecio por las mayorías”, apuntó.

El mandatario dijo que no se debe “dejar pasar la oportunidad histórica” de imprimirle a la Constitución “su carácter democrático y, sobre todo, eminentemente social”, según él, quien no ha revelado que la verdadera intención es empujar a México hacia un régimen autoritario.

Y defendió que estas reformas tienen como objetivo que en caso de que regresen al poder los partidos de oposición les resulte “muy difícil” revertir esta nueva situación y que “las nuevas generaciones puedan recuperar el camino de la justicia, la paz y la democracia”.

Este último paquete de reformas constitucionales presentadas con una intención mañosa, se convirtió en el más grande volumen de iniciativas presentado por un presidente en un solo acto desde la promulgación de la constitución más actual de 1917 y que el lunes cumplió 107 años, en el marco del Día de la Constitución.