Instituto Electoral del Estado de México

En Chiapas, Guerrero, Michoacán, Tamaulipas y Zacatecas, gobernados por Morena y donde ha crecido la presencia del crimen organizado, ciudadanos han creado grupos de defensa civil, para hacer el trabajo que Ejército, Marina y Guardia Nacional han dejado de hacer

Desde que llegó hace cinco años a la presidencia, el populista mandatario Andrés Manuel López Obrador prometió aplicar una estrategia de seguridad para devolver la tranquilidad a los mexicanos y regresar a los cuarteles a las Fuerzas Armadas, sin embargo no ha cumplido y su fantasiosa “estrategia” de “Abrazos, no balazos” causa risa a grupos criminales. El abandono a la ciudadanía ha derivado en más grupos de autodefensas, medida que el presidente ha criticado al señalar que “es obligación del Estado mexicano garantizar la paz y la tranquilidad”, lo que hasta ahora no ha hecho su administración

Ya son varios los estados que están contra la pared por las acciones y presencia del narco y sus habitantes han tenido que organizarse para estar armados y defenderse, es decir, están haciendo el trabajo del Ejército Mexicano, de la Marina y la Guardia Nacional, que en vez de hacer frente a grupos criminales realizan labores de albañilería en el AIFA, en la Refinería de Dos Bocas y labores administrativas en aduanas marítimas y en terminales aéreas.

En su talk show en Palacio Nacional, el populista mandatario  dijo no estar de acuerdo con la creación de los grupos de autodefensas, ya que según su opinión agravaron al situación del país. Sin embargo, su administración no ha hecho nada por resolver los problemas de inseguridad ni de violencia en el país, tal y como ocurre en algunos estados gobernados por Morena, como Chiapas, Guerrero, Tamaulipas y Zacatecas, por citar algunos.

CIFRAS

Una realidad que se vive en México bajo administración de López Obrador es que de un total de 170,324 elementos del Ejército, Guardia Nacional y Marina desplegados en el país, 94, 678 están destinados a seguridad pública y construcción de obras, el resto, para contener a migrantes, apoyo en desastres naturales, para vigilancia de instalaciones extranjeras, vigilancia del espacio aéreo, operativos contra el huachicol; asistencia en aduanas y erradicación de plantíos ilícitos

En Chiapas el crimen organizado ya se apoderó de la frontera sur con Guatemala, donde varios cárteles se disputan ese territorio y el tráfico de migrantes. El gobernador Rutilio Escandón está más preocupado por “echarle piropos” a López obrador que proteger a los chiapanecos, que han decidido en algunas zonas armarse y hacer el trabajo que han dejado de hacer el Ejército y la Guardia Nacional.

Guerrero es otro foco rojo, y es que este estado lo gobierna el narco y no la gobernadora Evelyn Salgado. El crimen organizado controla con sus extorsiones comercios, transporte público, zonas turísticas, restaurantes y a vendedores ambulantes. La administración estatal es solo una fachada donde no existe gobierno y donde los grupos criminales son los que ordenan a la supuesta mandataria del estado lo que se debe y no hacer. Los asesinatos de los enviados de la Fiscalía general de la República y de la estatal a la entidad a Chilpancingo sin que el gobierno del estado haga algo deja claro el mensaje de quién es el que manda, lo que ha provocado el surgimiento de autodefensa.

Michoacán con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla ha dejado al narco extender su presencia, no solo al extorsionar a empresarios limoneros y aguacateros, sino también a pequeños comerciantes y de empresas de transporte público. La administración de Ramírez Bedolla presume la presencia del Ejército y la Guardia Nacional en la entidad, pero a la hora de hacer frente a grupos del crimen organizado se esfuman y dejan a la población en el desamparo, lo que ha obligado al resurgimiento de autodefensas.

FOCOS ROJOS

Aunque desde el gobierno federal se asegura que hay presencia de las Fuerzas Armadas en zonas consideradas como focos rojos por la violencia, la realidad es que la protección a la ciudadanía no existe, sino, por qué el resurgimiento de civiles armados que hacen el trabajo que desde el 2019 han dejado de hacer Ejército y Marina.

Tamaulipas es otro caso perdido, y es que la 4T pensó que c la llegada de Américo Villarreal a la gubernatura todo sería armonía, como estar en el país de las maravillas, pero no es así. El gobernador no sabe qué hacer y los tropas enviadas para hacer frente a los cárteles de la droga no salen de los cuarteles y si realizan patrullajes lo hacen en numerosas caravanas pero no en zonas con presencia del narco, sino en áreas urbanas donde hay más presencia de los delincuentes comunes.

Los tamaulipecos que habitan en las zonas que están en las orillas del estado han decidido armarse y crear grupos de autodefensa para repeler a los grupos del narco, un trabajo que debería realizar el Ejército y la Marina, pero que no cumplen con esta tarea y prefieren hacer trabajo de escritorio o de albañilería.

Zacatecas es otro estado perdido y gobernado por el crimen organizado. El gobernador David Monreal desde que llegó no ha hecho absolutamente nada para devolver la tranquilidad a sus ciudadanos. Ha dejado crecer la presencia del crimen organizado, en particular los Cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva generación (CJNG) que se disputan el territorio.

El discurso del huésped de Palacio Nacional siempre es el mismo “ya se trabaja en la seguridad para devolver la seguridad a los mexicanos”, pero la realidad es que las Fuerzas Armadas han dejado en la vulnerabilidad a los mexicanos y en la mira del crimen organizado.