Instituto Electoral del Estado de México

lucia-morett-

Por esas extrañas cosas del destino y los avatares de la política, el presidente Felipe Calderón estaría ahora en una circunstancia muy incómoda en su relación con el gobierno ecuatoriano. Y digo incómoda pues nada supera en pesadez a la severa obligación de cubrir una deuda, especialmente cuando se contrajo sin saber.

Pero vamos por partes.

En el mes de mayo del año pasado, el presidente Felipe Calderón le llamó por teléfono a su colega, el señor Rafael Correa, para intervenir con sus “buenos oficios”, como le llaman los abogados, a favor del señor ingeniero Carlos Slim, cuya concesión para operar América Móvil en Ecuador corría riesgo de no ser renovada.

Información publicada en aquellos meses nos recuerda: “La llamada de Calderón se dio después que la participación de Slim en suelo ecuatoriano se vio amenazada tras el ultimátum que Correa lanzó a la compañía en abril pasado, el presidente de Ecuador manifestó en ese entonces que América Móvil debía pagar 500 MD por el título de concesión o salir del país.

“El resultado del telefonema puso fin a las negociaciones y América Móvil logró la renovación de su título de concesión por un lapso de 15 años”.

Hoy el presidente Rafael Correa necesita el auxilio de Felipe Calderón. Por razones de política interna ha emitido una orden de extradición para llevar a juicio en Quito a la activista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia; Lucía Morett, quien además de ser mexicana ha sido protegida del gobierno “sandinista” de Daniel Ortega.

Como se sabe la mexicana Lucía Morett y las colombianas Doris Bohórquez y Martha Pérez fueron llamadas a juicio en diciembre acusadas de atentar contra el Estado ecuatoriano, según ha confirmado un tribunal de la provincia amazónica de Sucumbios.

La actitud de ese gobierno ha cambiado de manera diametral. Si en marzo del año pasado Washington Pesántez, fiscal general del Ecuador decía con toda claridad: no hay nada contra Lucía Morett, ahora afirma todo lo contrario. Baste revisar la prensa de Quito:

“Pesántez dijo a la emisora de radio por internet “Ecuadorinmediato”, que ni Morett ni otras dos colombianas rescatadas del sitio del ataque y que se encuentran asiladas en el Hospital Militar de Quito, pueden salir del país cuando lo deseen, porque, de momento, no hay ninguna orden de detención en su contra.

“No obstante, el fiscal precisó que aún continúan las investigaciones a las tres mujeres, a las que ya ha tomado declaración sobre los hechos.

“He tomado una versión (de las tres mujeres), que es una especie de declaración preprocesal, una indagación previa; las tres personas no tienen en este momento ninguna medida cautelar y lo que existe es una investigación”, indicó Pesántez”.

Pero las informaciones recientes afirman cosa distinta:

“La Fiscalía de Ecuador (La Prensa, de Managua) inició los trámites para pedir la extradición de una mexicana y dos colombianas que fueron llamadas a juicio, tras sobrevivir a un bombardeo colombiano contra las FARC en Ecuador, anunció este lunes el responsable del organismo, Washington Pesantez…

“…Las mujeres salieron de Ecuador hace varios meses bajo la protección del gobierno nicaragüense, tras recuperarse de las heridas que sufrieron en el ataque del 1 de marzo contra un campamento clandestino de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En la acción murieron 25 personas entre ellas cuatro mexicanos, un ecuatoriano y el líder rebelde Raúl Reyes, y derivó en la ruptura de relaciones diplomáticas entre Bogotá y Quito, por lo que fue considerado internacionalmente como una violación a la soberanía ecuatoriana”.

La pregunta ahora es si el gobierno mexicano cederá a la solicitud de extradición del gobierno de Correa, cuya diligencia en otros casos (el de Slim, por lo menos) fue notoriamente solidaria con las peticiones del gobierno mexicano.

Otro elemento en este asunto es la intervención del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, el doctor José Narro, quien impulsó un breve manifiesto del Consejo Universitario en el cual coloca a la señorita Morett bajo la protección de la UNAM, pues la propia interesada había propalado la versión de riesgos para su seguridad personal derivados de una imaginaria investigación de la PGR.

Pues la cosa le vino de Ecuador, con lo cual la UNAM y su consejo nada más hicieron el ridículo.

—¿Pagará Calderón con amor el amor? Ya lo veremos.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

Deja una respuesta