Instituto Electoral del Estado de México

Como si se tratara de un respaldo indispensable para legitimar los fines del gobierno mexicano o  –por si mismo– hubiera aprobado ya las iniciativas eléctricas por encima del Congreso nacional,  el soplo de aprobación del embajador Ken Salazar hacia las intenciones reformistas del presidente López Obrador; no a su reforma en detalle, llenó de alborozo los corredores inmaculados del Palacio Nacional y tomó asiento junto a la silla del águila. 

Si el, embajador aprueba nuestro derecho para elaborar, revisar o actualizar leyes; es también un acto entrometido, como si hubiera expresado una censura o una crítica.  No nos dimos cuenta.

Tanto este reconocimiento al derecho legislativo como aplaudir, tal días atrás, el compromiso de revisar, caso por caso, la aplicación de las futuras leyes, como se le prometió a la ministra de Energía de Joe Biden, posiblemente no sean una violación de nuestra soberanía, pero son muestra de tutelaje agradecido.

Ambas actitudes exhiben, en el fondo, la circunstancia de un país expuesto a la aprobación o rechazo de sus decisiones y procesos legislativos, sobre los cuales los vecinos opinan en un sentido o en otro. 

Si intervienen críticamente los condenamos, pero si aprueban, se los agradecemos y lo presumimos durante la jubilosa conferencia tlaxcalteca. 

Esto se dijo:

«…El gobierno del presidente Biden ha sido muy respetuoso y se está buscando que trabajemos cada vez en mayor coordinación y sí me enteré, me informé de sus declaraciones. Él sabe (el embajador), como lo expresó, que es necesario revisar el marco legal constantemente porque vivimos en un mundo cambiante, son nuevas las realidades…”

Pero más allá de esta bipolaridad entre el orgullo insatisfecho y la algarabìa por una indebida y quizá inexistente aprobación, sobreviven los complejos del colonizado.

“…El titular del Ejecutivo dijo que probablemente las declaraciones de Ken Salazar molestarían a algunos empresarios del sector eléctrico de México y Estados Unidos, pero que la reforma energética que propone beneficiará tanto al pueblo como a los empresarios…”


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Pero también hubo otro asunto con los Estados Unidos, más allá de la comedida aprobación de quien no está aquí para aprobarnos o reprobarnos, sino para representar los intereses de su país. 

Y esos intereses ya habían sido analizados con una autoridad ejecutiva (la ministra Granholm), no diplomática:

“(El economista. 21 de enero).-México convino con Estados Unidos revisar «caso por caso» la situación de empresas extranjeras disconformes con la la reforma eléctrica que se debatirá este año en el Congreso para otorgar mayor control al Estado en el negocio, dijo la mañana de este viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador.

“La iniciativa legal es el tema central de la visita que inició al país latinoamericano el jueves y concluye en las próximas horas la secretaria de Energía estadounidense, Jennifer Granholm, para reunirse con el mandatario y varios funcionarios de alto nivel.

«Donde hay, consideran que hay, una injusticia, se revisan los casos, ellos tienen ya una lista, hay algunas empresas que están pidiendo que se les informó, tanto estadounidenses como de Canadá, son pocas», dijo AMLO en su habitual rueda de prensa diaria, sin ofrecer más detalles.

“La reforma, que implicaría cambiar la Constitución para 

favorecer a la empresa eléctrica estatal, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), fue impulsada por el primer mandatario como un asunto de seguridad nacional, argumentando que los gobiernos anteriores sesgaron el mercado a favor del capital privado”.

Quizá por eso, por el equívoco entusiasmo sobre cosas aun inexistentes, utilizado ventajosamente por el gobierno mexicano como válvula de escape contra toda presión interna o externa, el embajador conoció –muy poco después– el amargo placer de la reversa:

“Una de mis prioridades en México es ver por inversionistas y empresas estadounidenses para que exista piso justo y parejo. #EEUU respeta la soberanía de México y confía en que México cumplirá los compromisos adquiridos bajo el #TMEC al considerar cambios al sector energético”.

A ver si así aprende Mr. Ken a no comportarse inútilmente como Mr. “Amigou”.

Rafael Cardona | El Cristalazo

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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