Instituto Electoral del Estado de México

gLos recientes nombramientos en la secretaría de Gobernación demuestran varias cosas y una de ellas, quizá la principal es la capacidad de absorción política dentro de un sistema burocrático. Todo cabe en Bucareli sabiéndolo acomodar.

Tránsfugas, jubilados, maromeros y maromeras; funcionarios opacos en áreas duplicadas o fundamentalmente inútiles, encarrerados voraces, repuestos de tiempo pasado, piezas de recambio, llantas de reacción, todo cuanto el indescifrable juego de la Oca permita en beneficio del acomodo de unos cuantos para los fines de una operación funcional (o al menos eso debe creerse) en una secretaría hipertrofiada desde la cual se buscan los equilibrios de la obra política nacional, además de las directrices de custodia, seguridad y tranquilidad del país.

A veces simple juego de buenos deseos. A veces fracaso monumentales como el sistema penitenciario, crónicamente enfermo sin posibilidades reales de curación. Pero ese es en sí mismo un tema por separado.

Así pues la pluma de firmar los nombramientos se despierta y nos trae a la mesa los siguientes personajes entre los cuales destaca, obviamente el de Humberto Roque Villanueva un hombre cuya figura brilló cuando se debatió por la candidatura del PRI a la Presidencia de la República antes de la rendición zedillista y la entrega del poder.

Todo mundo sabía de la simulación de ese ejercicio, pero Roque Villanueva se comportó con elegancia y presteza, dijo tesis importantes, se mostró sólido y en muchas opiniones se reveló como un político de mayor estatura, superior a la fachendosa “roqueseñal” con la cual lo etiquetaron de una vez y para siempre.
Ahora, en los tiempos de más visibilidad del fenómeno, con Donald Trump en abierta campaña por la presidencia de Estados Unidos con el fundamental (y fundamentalista) argumento de frenar la emigración de los mexicanos y la invasión de su país por hordas de criminales, violadores y delincuentes, entre otras patrañas y el mundo se sobrecoge por las oleadas de desplazados en Europa, Roque Villanueva llega a la subsecretaria de asuntos migratorios (y también religiosos, en incomprensible mezcla) cuando es necesario redefinir el papel de la autoridad en cuanto a los movimientos huma os en América Central.

¿Debe seguir siendo la política migratoria mexicana un apéndice de los interés de Estados Unidos cuyo sella miento de la frontera no se hace en el Bravo sino en el Suchiate, con los desastrosos resultados ya conocidos?

Es pregunta quizá deba tener otra antes: ¿tenemos una política de migración o nada más creemos en la necesidad de controlar los movimientos migratorios?

Por otra parte el nombramiento de Arturo Escobar exhibe si se quiere de manera obvia (lo obvio como vecino de lo grotesco) la dimensión de los compromisos derivados de la alianza con el Verde, cuyo desprestigio es tan inocultable como la cuestionable calidad de sus dirigentes. Escobar es un hombre inteligente pero muchas cosas de su pasado lo hacen demasiado visible en áreas de prevención del delito. Parece una paradoja, un oxímoron , dirían algunos expertos en las orejas del burro parlanchín.

Patricia Bugarín es el otro caso notable en los nombramientos. Una larga carrera en la Procuraduría y un encargo en la prevención del secuestro. No se le llama como a Renato Sales, “Zarina” antisecuestros pero la incidencia de ese delito en el país parece llevar una tendencia a la baja.

Ella solamente deberá sostener el paso y dejar los mecanismos como están . En todo caso mejorar la calidad del personal adscrito. Conoce a todos y sabe quién es quien en la PGR. Quizá lo sepa demasiado.

Y si a usted le gustan las listas (y no me refiero a Ruth Zavaleta, quien logra el anhelado enchufe en la administración peñista) pues esta es la relación de los nombramientos. Poco para sacudir a las estrellas, en verdad.

Humberto Roque Villanueva, subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos ;Arturo Escobar y Vega, subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana;
Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, titular del Secretariado Ejecutivo del SNSP; Patricia Bugarín Gutiérrez, titular de la Coordinación Nacional Antisecuestro; Ricardo Bucio, Sistema Nacional de Atención Integral de Niñas, Niños y Adolescentes; Eduardo Guerrero Durán, comisionada del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social; Ruth Zavaleta, directora de Participación Ciudadana; Jorge Rojo García de Alba, director del Registro Nacional de Población; José Luis Calderón, titular del Centro Nacional de Acreditación y Certificación.

Poco a poco se sabrá más de ellos.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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