Instituto Electoral del Estado de México

Quizá algunos sociólogos de enarcadas cejas puedan atribuirlo todo a esa enfermedad indefinible y poco mensurable llamada “malestar social”.

Posiblemente ese daño espiritual colectivo haya movido la mente asesina de AnastasiaLechtchenko Gubarev quien mató y desmembró a su madre y a su hermana en Baja California.

Quizá no fue su intención, posiblemente haya sido poseída por el demonio o por varios espíritus endemoniados, como hubiera dicho su paisano Fedor, en ninguna de cuyas páginas, sin embargo,  hay la paciencia de siete horas, como las empleadas por esta bella mujer de rostro angélico y conducta diabólica, para  separar, como una maligna anatomista, tendones, músculos y piel de los cuerpos, de su hermana  Valeria y de  Yuliya, su madre. “Mamuschka”.

“… para ocultar los restos –dicen crónicas ajenas–, compró tres bolsas negras en una farmacia cercana a la casa, en ella depositó cada parte… El humo de un cigarrillo marcó el punto final a su labor de asesina”. Raskolnikov nada más usó un hacha.

Pero los intelectuales hablan del malestar social. Quizá estén tan equivocados como cuando escriben “señor@s” en una mixtura de género para la cual el símbolo de la arroba (una arcaica medida de peso, equivalente a la cuarta parte de un quintal es decir casi doce kilogramos), esa “a” con envoltorio se convierte caprichosamente en un signo hermafrodita. Cosas de la corrección política y la incorrección gramatical. Pero en fin…

Ya no se sabe si el  dicho malestar social es una epidemia o una condición  crónica. Los existencialistas lo llamarían “spleen” y los lusos, como Álvaro de Campos, “saudade” aun cuando esas tediosos nostalgias no suelen expresarse con crimen y cuchillo. “Taedium vitae”, lo llamarían otros. El tedio de la vida.

Pero de seguro para evitar críticas por pasividad ante la violencia, el crimen, la sangre o el delito, la iglesia mexicana nos ha regalado su mejor aportación, un magno exorcismo para conjurar al maligno  cuya influencia en México se ha exacerbado  como consecuencia de la legalización del aborto. “… en nombre del padre del Sacro Universo, conjúrote –dijo–, ¡oh! lobo perverso…”, recordaba  Rubén Darío.

Leamos:

“(CNN).- Un grupo de arzobispos católicos de diversas partes de México, junto con un demonólogo español, realizaron en el estado de San Luis Potosí un «magno exorcismo» para «suplicar a Dios» que el mal y la violencia salgan del país.

“El arzobispo emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, dio a conocer que el exorcismo fue realizado a puertas cerradas y en secreto el pasado 20 de mayo en la catedral del estado de San Luis Potosí.

“Según el religioso, este sería el primer exorcismo en el mundo enfocado a «expulsar al maligno» de toda una nación y no de una persona en particular. Según la creencia de los sacerdotes, el mal «entró a México» después de que fuera aprobada la despenalización del aborto en la Ciudad de México.

«La puerta que se le abrió al demonio en México es la legalización del aborto», afirmó el obispo emérito para quien este hecho constituye «una falta inmensa porque legaliza los homicidios».

“Comparó a las víctimas que son asesinadas por miembros de los cárteles del narcotráfico con los niños que son «despedazados dentro del vientre de su madre». Sandoval Íñiguez es conocido por su férrea oposición a los matrimonios entre personas del mismo sexo y al aborto.

“El sacerdote calificó de «una aberración inmensa» la reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de declarar inconstitucionales las legislaciones estatales que limitan el matrimonio a la unión entre hombre y mujer.

“En San Luis Potosí, donde se realizó el exorcismo, tres curas han estado envueltos en un caso de corrupción de menores desde el pasado año”.

Y cuando uno lee estos crímenes y estos remedios, no tiene otra salida sino murmurar detrás de la puerta mientras asperja unas gotas de agua bendita: “Vade reto, satán; vade retro”.

¿Malestar social, malestar celestial?, lo mismo da.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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