Instituto Electoral del Estado de México

Tras el enorme plantígrado del domingo pasado, la opinión ilustrada o al menos interesada, parece estarse dividiendo en dos grandes segmentos: quienes califican su convocatoria (no puede ser de otra manera) de éxito rotundo y vigilia del “músculo ciudadano” y de quienes creemos en su insignificancia absoluta.

Esto lo he dicho desde antes de la marcha fallida. No pongo banderillas a toro pasado. Y para “documentar mi optimismo”, como dijo aquel, acudo al portal de lo más correcto políticamente, el de “Aristegui Noticias”. Veo y anoto:

“Redacción AN: Posturas encontradas sobre la denominada marcha “Vibra México” se expusieron durante una mesa de debate en Aristegui en vivo este lunes.

“A favor de la manifestación, la politóloga Denise Dresser aseguró que el domingo se ejercitó un “músculo ciudadano que en México a veces parece estar atrofiado” (debe ser el músculo gemelo de las piernas, necesario para saltar como Bugs Bunnie, mientras se grita el que no brinque es Trump).

“Sostuvo que de la marcha no se apropió ni Televisa, ni La Jornada, ni López Obrador. “No tuvo ni patrón ni mecenas”, refirió (por poco casi no tiene ni asistentes, ya no digamos patronos).

“Lo que los unió a los manifestantes fue “el repudio dual a Trump y a la corrupción” del gobierno mexicano.

“Pocas veces había estado el país tan amenazado y pocas veces había tenido a un gobierno y a un presidente tan poco preparado (y a una intelectualidad tan ramplona, le faltó decir)”, indicó Dresser .

“Hay movimientos que no funcionan de un día para otro”, comentó”. Y hay otros cuyo funcionamiento no depende del tiempo. Como este.

Y consideró “deshonesto”  referirse a los convocantes como “todos de derecha”. Eso no es una deshonestidad, en todo caso es una equivocación.

“Ese músculo ciudadano ya nadie puede apropiárselo”, señaló. “Ese me parece el valor de esta marcha” (¡mira, mira!).

“La doctora añadió que le entristece quienes celebran “que los mexicanos se hayan quedado en sus casas”, en referencia a la asistencia de unos 20 mil marchistas en la Ciudad de México”. La tristeza debería ser por no poder representar, persuadir, estimular o convocar ni siquiera a esos.

En contraste, Julio Hernández aseveró que fracasó “una convocatoria manipulada”.

Para el articulista de La Jornada, fue un “fracaso numérico, político y cívico”, de quienes “desde las élites intentaron manipular” con esta manifestación.

Quienes ganaron, añadió, fueron todos los ciudadanos que identificaron “al villano externo y al interno” (aunque esos identificadores no se sepa ni quienes ni cuántos son, ni dónde están. Ahora celebramos la mayoría silenciosa e invisible).

El periodista dijo que se pretendió mostrar una “unidad nacional” y “marchar por marchar” (claro, no como la izquierda típica cuyas marchas no son por marchar sino por joder).

“Se pretende que marchen lobos con ovejas, verdugos con víctimas… Necesitamos levantar la mira”, apuntó”. Y no estuvieron ni Samaniego ni Esopo en la inspiración de tan doctas líneas; los lobos, las ovejas ¿Y Caperucita, no vino?

En cambio, el documentalista Témoris Grecko acudió a marchar el domingo, aunque reconoció que “compartía las dudas” sobre la protesta.

“No es una marcha al gusto de cada uno de nosotros”, aceptó (las únicas marcas en favor de uno mismo se llaman onanismo…). Lo que él buscó fue “impedir que esta marcha fuerza secuestrada”. (¿Y qué tal si piden rescate en Dracmas?)

“Quedó demostrado que no era una marcha de apoyo al gobierno mexicano”, anotó”.(¡Ufff!, vaya alivio).

“No obstante, la manifestación revela la desunión de los mexicanos, por lo que “no logró sus objetivos” (como mostrar la unidad), pues muchos se encerraron en un “rincón de pureza” (protesto, algunos tenemos derecho a nuestro rincón de pereza) y prefirieron no asistir.

“A su vez, el escritor Fabrizio Mejía también la calificó como una marcha “fallida”.

“Numéricamente es un fracaso”, sentenció. “A pesar de que fue llamada, convocada, desde todos los medios de comunicación oficialistas, Televisa, la CIRT… el resultado numérico me parece fallido”.

Sin embargo, “no podemos descalificar a los miles de ciudadanos que asistieron de buena fe (no los vamos a descalificar, nomás los vamos a contar), que no se dejaron manipular por Claudio X. González”, mencionó, en referencia a que uno de los organizadores fue la organización “Mexicanos contra la corrupción”, financiada por dicho empresario.

Como se ve, este país es una dicha. Pero además de dichoso, no es serio, de veras.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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