Los diputados cuyo voto sepultó el domingo pasado la reforma Constitucional en materia eléctrica fueron señalados, en medio de un vendaval de furia presidencial –secundado por los dirigentes de Morena (Mario y Citlalli) y todo el gabinete–, como traidores a la patria. Una grave acusación, apenas digna de algún intelectual de la caricatura.
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La confusión interesada
Alguien con sentido humorístico quiso hacer una antología de las barrabasadas de Vicente Fox. Como el abajeño, rústico, ranchero y gozosamente inculto, sin pretensiones de historiador ni ensayista era infatigable, el compendio de sus memeces quedó trunco desde antes de llegar a la imprenta.
Preguntas e imágenes de la derrota
Los sucesos del pasado domingo en la Cámara de los Diputados, donde por primera vez se derrumba una iniciativa de reforma constitucional, proveniente del Ejecutivo, a pesar de su mayoría numérica en la asamblea y el peso político de un gobierno mayoritariamente aceptado, tiene dos interpretaciones, como siempre sucede cuando dos criterios se oponen.
Las trampas del parlamento
Para cuando estas líneas comiencen a circular en el ciber-espacio ya se conocerá la estrategia de Morena para dominar –con bloqueos y turbamultas–, la votación del domingo de Resurrección y decidir con ella el destino de una estatista contrarreforma eléctrica.
Jamás el banquillo de los acusados, pero…
Varias cosas llaman la atención en el informe de las Naciones Unidas a través de su comité especializado sobre las desapariciones forzadas en México. Una de ellas es el tono del reporte final, escrito con el mismo lenguaje de la izquierda nacional, cuando se trataba de culpar a gobiernos anteriores por el mismo fenómeno. La otra, la banalidad de la respuesta presidencial, como casi siempre en estos casos, cobijada en la dignidad nacional y la autarquía: no van a ponernos en el banquillo de los acusados.
Revocación, una pistola en la cabeza
Dice la Constitución: “(Artículo 39). – La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”
El Ejército politizado y partidizado
La garantía suprema de institucionalidad del Ejército mexicano moderno ha sido su rechazo a formar parte del juego político, pero esa fortaleza hoy se encuentra sumamente debilitada
El gabinete «matraquero»
El desenfreno de la alta burocracia en la promoción electorera –por encima de la ley cuya vigencia y efectos ven con la displicencia de la impunidad– para demostrarle al presidente cuál de ellos es más eficiente en adhesión y obediencia, para propulsar su consulta supuestamente revocatoria
El activismo oscila en el cinismo
Después de escuchar el discurso del secretario de Gobernación en Coahuila el pasado fin de semana cuando dejó su oficina de Bucareli para trasladarse, en un avión militar, a promover la feble consulta revocatoria, cuya concurrencia Morena quiere abultyar sea como sea, uno confirma varias cosas.
El voto por el cacicazgo o en su contra
La sesión de hoy en la Suprema Corte de Justicia, en la cual se analizará y votará el proyecto de sentencia del ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, definirá en muchos sentidos el contenido ético o la hipocresía del gobierno de la Cuarta Transformación.
De la información a la oposición
Ya se ha dicho muchas veces, el presidente de la República gobierna desde el púlpito de sus conferencias matutinas
La carta de la pampa
La verdad pocas cosas solían ser tan personales como, las cartas. La correspondencia se guardaba con celo de secreto, en algunos casos y en otros se utilizaba como recordatorio. Pocas veces se extendían sus líneas al conocimiento público, excepto en los casos de cartas abiertas, cuya intención es comunicar ante los demás, algo originalmente privado o confidencial.
Tapados, corcholatas y ajonjolí
Cuando en julio del año pasado el presidente de la República jugó a destapar a sus “tapados” y exhibir a su corcholatita, no hizo ni una cosa ni otra.
Ni como broma pasa
El documento de cuyos fragmentos he seleccionado alumnos de los más hilarantes, me fue enviado al correo por una firma anónima. Una voz interesada me dijo: quizá esto le sirva.
Decepción, confirmación y desesperanza
A estas alturas ya se viene haciendo una mala costumbre, un insano hábito recurrente, diría alguien; un mal síntoma de la descomposición sobre cuyos rieles vamos, ladera abajo,